La idea inicial tenía su gancho: rodar un western musical vagamente situado en los años de la fiebre del oro. Pero lo único que se puede decir al finalizar la película es, a todas las unidades, arresten a los actores y al equipo técnico de Belle of the Yukon y llévenlos directamente a la cárcel sin posibilidad de fianza.

No se puede achacar nada al magnífico reparto de secundarios, Charles Winninger, Bob Burns, Guinn Big Boy Williams o Edward Fielding; pero ni Randolph Scott, con su plana sonrisa, ni, sobre todo, Gypsy Rose Lee, realizan una interpretación dramática mínima para sostener la trama. Se asume que el guion no da juego para sublimes interpretaciones; y que la trama es apropiada para un público de ocho años, pero incluso el público de ocho años necesita pistas y gestos para emocionarse.

Gypsy Rose Lee era entonces una famosísima actriz de espectáculos burlesque que había alcanzado la fama por su innovadora y sugestiva manera de quitarse ropa sobre el escenario. En la película no ejerce su especialidad y se revela que, no sólo no sabe actuar, ni cantar, ni bailar; tampoco hablar. Viendo la película, resulta, no ya inimaginable, sino indeseable su striptease. La vida de Lee sería novelada y llevada en el musical Doll Face (Seiler, 1945) y en Gypsy (LeRoy, 1962).

En la parte musical, el cómico Bob Burns ofrece en el número MacGee una interpretación con un instrumento de viento inventado por él y al que llamaría bazooka. El nombre sería posteriormente usado por el ejército norteamericano para denominar a su famosa arma anticarro.

Para sostener los números musicales la película se apoya en Dinah Shore. Aunque Shore fue una de las cantantes más famosas de Estados Unidos en las décadas de 1940 y 1950, con decenas de álbumes, su participación en la película no se puede definir más que como de rotundo fracaso, no sólo por sus flojas habilidades dramáticas, también por la poca adecuación de su estilo como cantante –sofisticado, urbano, afectadamente romántico– con el contexto de la película, y sin entrar a valorar su vestuario, tal como se puede apreciar en Sleigh Ride in July.

Shore sería una de las estrellas invitadas a participar en la superproducción para la biografía de Jerome Kern, Till the Clouds Roll by (Whorf, 1946), donde interpretaría dos temas, They Didn't Believe Me y The Last Time I Saw Paris.

Relevantemente mala.