Agradable película con un agradable musical de perfil bajo. Su gran virtud radica en el ritmo visual sostenido, resultado de la composición de planos, el tratamiento del color y una coreografía latente que recorre todas las escenas, aunque no incluyan baile. La película se construye, obviamente, en torno a los personajes femeninos, bien interpretados por Judy Garland, Angela Lansbury, Virginia O'Brian y Cyd Charisse –en el que será su primer papel en el cine con diálogo–, sostenidos por el oficio del realizador George Sidney, el director de baile Robert Alton y el diseño de vestuario de Helen Rose. Los protagonistas masculinos son, por contra, una rémora en el conjunto y hay que atender a los secundarios para disfrutar de Ray Bolger –el siempre recordado Espantapájaros–, y el efectivo Chill Wills.

La película incluye once canciones, entre las que destaca On the Atchison, Topeka and the Santa Fe, número de casi nueve minutos –prácticamente, una película dentro de la película– que ganaría aquel año el óscar a la Mejor Canción.

On the Atchison, con su riqueza coral, resultaba muy del gusto de la época y dará lugar a multitud de versiones. Hoy, sin embargo, resulta más memorable la composición It's a Great Big World, interpretado por Garland, O'Brian y Charisse –doblada esta por Marion Doenges–. A pesar de ser un tema dulzón, incluso ñoño, resulta difícil sustraerse a la magia de Garland, la presencia de Charisse y la personalísima voz de O'Brian. Otro tema interesante es Oh, You Kid, interpretado sobre el escenario por Angela Lansbury. Su voz está doblada, en su caso por Virginia Rees, pero su brillante dramatización como corista descarada sostiene muy bien la canción.

En cuanto a los bailes, y dentro del ritmo general de la película, destaca la rutina cómica que realiza Ray Bolger sobre la música del tema On the Atchison, Topeka and the Santa Fe.