Productora/Distribuidora:
Paramount Pictures
Estreno: 16-10-1946
Duración: 104 min.
Subgénero: Patriótica
Tramo: -
Blue Skies
(Cielo azul)
Segunda película de Astaire con Crosby, tras Holliday Inn. Mientras que la primera funcionó muy bien Blue Skies resulta aburrida, fea hasta en los colores y, sobre todo, muy anticuada. Lo que más sorprende de esta obra es que sea de 1946 y no de 1936. Prácticamente todos los números musicales forman parte de un espectáculo y resalta en exceso que, la película, no es más que un vehículo para enlatar canciones de Irving Berlin y que se luzca el engreído Crosby. Pero ni las canciones Irving, ni desde luego la interpretación de Crosby, es suficiente para levantar una película sencillamente mala.
La mayoría de las canciones son recicladas, incluso de otras películas musicales, con múltiples versiones. El mismo tema que da nombre a la película, Blue Skies, había sido usado en The Jazz Singer (Crosland, 1927) y Alexander's Ragtime Band, (King, 1938). Esto no es negativo ni implica que la película sea mala, podría incluso afirmarse todo lo contrario: el éxito de muchos grandes musicales se debe a que están construidos sobre temas probados, repensados, complementados con ideas nuevas y ensamblados de modo diferente, como Singin’ in the Rain (Kelly-Donen, 1952), pero en Blue Skies los números están desligados y las versiones, al igual que el espíritu cuartelero de la época, han envejecido mal. En la mitad de la película hay un monólogo ¿humorístico? de seis minutos protagonizado por Billy De Wolfe que, además de provocar una interrupción total de la obra, causa sufrimiento físico, va más allá de la humillación ajena y da paso a la vana reflexión sobre lo mucho que ha cambiado la sociedad y su sentido del humor, inhabilitando a los antaño exitosos De Wolfe, Red Skelton, Fanny Brice o Jules Munshin.
Lo cierto es que en el rodaje todo fue de mal en peor, incluso trágicamente peor. El director iba a ser el eficaz Mark Sandrich, pero falleció de un ataque al corazón durante la preproducción, siendo reemplazado por Stuart Heisler cuya única experiencia en musicales había sido la de montador de viejas producciones de Samuel Goldwyn, como las rodadas con Eddie Cantor.
La actriz elegida para el papel protagonista fue Joan Caulfield, por entonces amante de Crosby. Para sostener y acompañarla en las escenas musicales se contrató a Paul Draper, pero Draper, aunque sabroso bailarín, no sabía cantar, de hecho casi tampoco hablar. Desde el primer día Draper tuvo enfrentamientos con Joan Caulfield que, por su parte, no sabía ni hablar ni cantar ni bailar y resolvía la interpretación dramática a base de caras de amor idiotizado y aflicción barroca. En fin, que Crosby debió de intervenir a instancias de su chica, Draper se fue a la calle y los productores llaman urgentemente a Astaire para el que –tal como pensaban todos, incluido él mismo– sería su última película. ¡Ah, pero el mago Astaire sacaba de su chistera conejos eternamente jóvenes! El bailarín secundario, casi convidado de piedra, crea un número, acreditado con Hermes Pan, antológico, Puttin' On the Ritz, en la que baila con su imagen multiplicada
https://vimeo.com/6971656Los productores debieron entender que, a la vista del material que tenían, necesitaban gastarse dinero en una guinda que valiera la pena. La rutina de Puttin' On the Ritz fue rodada cuando el resto de la película ya había finalizado. Se trata de un número exento a la trama y se encajó –al igual que se hacía en los musicales de una década antes– en donde mejor quedaba. Al equipo le llevará cinco semanas de trabajo ensayar y rodar esta secuencia. El acierto de Astaire no se repite con su otro número, Heat Wave, muy irregular. La música del solo bailado por Astaire fue compuesta por él mismo, siendo esta la única ocasión en que se utilice una composición suya en una película.
Puede destacarse asimismo el número cómico A Couple of Song and Dance Men, cantado y bailado a dúo por Astaire y Crosby. Por el tema y el tono se trata de una recreación del número I'll Capture Your Heart Singing que ambos habían interpretado en Holiday Inn (Sandrich, 1942), y hubiera sido de nuevo un número redondo de vaudeville si se hubiese limitado a sus artes, danza y canción, pero se prolonga dolorosamente con ajadas imitaciones y gags.
https://www.youtube.com/watch?v=sFvuyN9VkcI