Sam Coslow compuso las canciones y produjo esta película, concebida como una vieja combinación de enredo y números musicales aislados sobre un escenario, en la que no hay nada para recordar. El reparto intenta capitalizar a dos grandes viejas glorias solitarias. Una, de largo y profundo rastro en la historia de la comedia teatral y musical, Groucho Marx, en su primera película sin sus célebres hermanos. La otra, de breve e intensa historia en el cine musical, Carmen Miranda, en su primera película tras abandonar la Fox. Acompañándoles, como gancho moderno, Andy Russell, un cantante de origen mexicano –su nombre real era Andrés Rábago– por entonces famoso y en lo más alto de su popularidad.

El limitado guion pudo acaso haber tenido mejor destino con otra realización, pero no fue este el caso. Los números son pocos e interrumpen mucho la película. Carmen Miranda reproduce el cliché de Carmen Miranda, canta en inglés, portugués y francés y reinterpreta su Tico-Tico no Fubá. En cuanto a Groucho Marx reproduce el cliché de Groucho Marx y canta el número Go West, Young Man, de Kalmar & Ruby, en su salsa, feliz, rodeado de un coro de hermosas chicas sonrientes.

Y nada más.

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