Three Daring Daughters es un buen ejemplo de musical concebido por un productor, en este caso Joe Pasternak. Pasternak había iniciado su exitosa carrera de productor de comedias musicales en Alemania, trabajando para los estudios Universal en Europa, donde destacó promocionando a talentudas chicas adolescentes. De familia judía, en 1936, tras la subida de los nazis al poder, Pasternak emigra a Estados Unidos donde seguirá trabajando con Universal y mostrando su talento para descubrir jóvenes promesas, como Deanna Durbin y Gloria Jean. Con Durbin obtendrá un enorme éxito con su primer musical Three Smart Girls (Koster, 1936), y las subsiguientes secuelas, todas sobre las aventuras de esta adolescente, que llegarán a conformar prácticamente un subgénero musical propio.

En 1941 Pasternak se cambia a la MGM y, seguramente por su cultura centroeuropea y su éxito con Durbin, será el responsable de muchos musicales basados en música clásica y voces líricas, como las de Kathryn Grayson y Mario Lanza. Estando en la MGM Pasternak descubrirá a otra adolescente con voz para la canción lírica, Jane Powell, la actriz que promociona en esta película.

Para el reparto, Pasternak logró convencer a Jeanette MacDonald que protagonizara la obra. En 1948, MacDonald, la más exitosa y popular representante de la ópera en el cine musical y referencia del género en la década de 1930, era una estrella declinante, pero inmejorable para avalar y dar el relevo artístico y generacional a la nueva apuesta de Pasternak, la joven Jane Powell, que podía interpretar canciones líricas y temas modernos. Powell –su verdadero nombre era Suzanne Lorraine Burce– había debutado en el cine con la película Song of the Open Road (Simon, 1944) interpretando un personaje llamado Jane Powell, usándolo a partir de entonces como nombre artístico.

Para reforzar el reparto y acompañar a la ya desfasada MacDonald y a una desconocida Powell, Pasternak incluyó al pianista valenciano José Iturbi, experto en cameos y entonces con una enorme popularidad en Estados Unidos, aquí con rol de protagonista, extensos diálogos y bula para poder intercalar de vez en cuando frases en castellano. Su hermana Amparo, también pianista, le acompaña en algún concierto.

Como realizador Pasternak escogió a Fred Wilcox. En 1948 Wilcox era un director muy popular gracias a dos películas que había dirigido teniendo a la perra Lassie como protagonista –Lassie Come Home (1943) y Courage of Lassie (1946)–, si bien la película con la que Wilcox pasaría a la historia del cine será Forbidden Planet (1956), obra emblemática en la ciencia-ficción que, años más tarde, sería homenajeada en el musical The Rocky Horror Picture Show (Sharman, 1975). Pero, en 1948, Lassie era la referencia y en Three Daring Daughters se incluye una autorreferencia, tan propia del género: en una escena se ve a Iturbi parando delante de un cine en el que proyectan una película de la célebre perra. La sombre de Lassie tendría más relación con esta película pues, un año después, Jeanette MacDonald estrenaría y se despediría del cine actuando en una película que tenía a la perra como protagonista The Sun Comes Up (Thorpe, 1949); una mediocre despedida para esta actriz, pero en Hollywood hay pocas jubilaciones doradas.

En cuanto a la trama, Pasternak no hace experimentos y prácticamente repite la de la exitosa Three Smart Girls. Para el resto de producción, echa el resto, con un gran despliegue de medios, apreciables en todos los detalles de la película, ya sean los decorados, la calidad de los secundarios y actores de reparto –Edward Arnold, Harry Davenport o Ian Wolfe–, las cuidadas escenas de conciertos en teatros o el fabuloso vestuario que viste MacDonald, diseñado por Irene.

Desde un punto de vista musical, teniendo como protagonistas a dos voces líricas y a un concertista de piano, la mayoría de los temas están extraídos o adaptados de obras de compositores clásicos: Strauss, Enescu, Grieg, Liszt, Gounod, Falla, Mozart o Saint-Saëns.

Por otra parte, todos los números son interpretados con planteamiento profesional, en los lugares habituales, apropiados: donde debe ser. Se trata, por tanto, más de una película con canciones y música, que busca el lucimiento de los intérpretes, que un musical donde todo se supedita a la atmósfera y el ritmo de la película.

Entre los números más singulares, está la interpretación del Route 66, de Bobby Troup, primero cantado por Powell y luego interpretado al piano por Iturbi.

https://www.youtube.com/watch?v=LxfReZ-4uy4

El número más importante y relevante de la película, que se reserva para el final, es Springtime, no tanto por su calidad sino porque, con aires de ritual, la MGM formaliza el traspaso de poderes de Jeanette MacDonald a Jane Powell. Las dos sopranos cantan a dúo una melodía extraída del segundo movimiento de Two Elegiac Melodies, Op. 34, una composición de Grieg de 1880 para orquesta de cuerda, sobre la que se añadió una letra acreditada a Nathan Haskell Dole

https://www.youtube.com/watch?v=Mp89IpTzkoA

Aunque, si hubiera que seleccionar el número más propio del espíritu del musical americano, sería The Dickey-Bird-Song.

https://www.youtube.com/watch?v=Nb8Dlv2IeMY