Comedia musical romántica protagonizado por el cómico Danny Kaye y la actriz Virgina Mayo. La película se construye sobre tres elementos. El primero, el anticuado tópico del conflicto entre música culta y música popular: siete eruditos llevan una década escribiendo una magna enciclopedia sobre la música cuando, por azar, descubren unos ritmos que desconocían por completo: boogie woogie, swing, jive, bebop. El director del proyecto, interpretado por Danny Kaye, reconoce avergonzado su error garrafal. Soy un idiota. ¿Se dan cuenta que estamos encerrados, de cuánto ha cambiado la música? Ignoraba por completo esta situación.

El segundo elemento es la enjundia de los músicos a los que Kaye reúne para que le expliquen estos nuevos ritmos. El elenco no puede ser más prestigioso: el trompetista Louis Armstrong, el trombonista Tommy Dorsey, el pianista Mel Powell, el saxofonista Charlie Barnet, el vibrafonista Lionel Hampton y el coro de los Golden Gate Quarter. Y, camuflado y disfrazado entre los eruditos, Benny Goodman y su clarinete.

El tercer elemento es que, entre los músicos convocados, hay también una cantante, interpretada por Virginia Mayo, que aterrizará entre los siete enciclopedistas como una provocadora Blancanieves entre los siete enanitos, dando pie al conflicto romántico que ayuda a progresar la trama.

No se trata propiamente de un musical y las secuencias con música se reducen básicamente en la de la búsqueda de los músicos por los locales nocturnos de la ciudad

Y a una repaso, con más afán didáctico y divulgativo que artístico, sobre la evolución del jazz desde sus orígenes

La película concluye con boda y la constatación práctica de que es mejor tocar la maravillosa Flying Home, de Benny Goodman y Lionel Hampton, que la estupenda marcha de El Trovador, de Verdi. Los tópicos son precisamente tópicos por lo difícil que resulta erradicarlos.