La película desarrolla la trama del montaje de un musical con el aliciente de plantearlo a partir de la crisis que había provocado en los espectáculos de Broadway la aparición del cine sonoro. Como dice un personaje de la película, expresando cruda y llanamente el razonamiento empresarial para descartar la escena en directo:

Como parte de la trama, los guionistas se adelantan a la censura que se les viene encima con el Código Hays y lo personifican en un censor enchufado y patético –interpretado magistralmente por Hugh Herbert, con brevísimas apariciones, pero todas divertidas e incisivas–, retratándolo como un personaje inútil en su trabajo, ridículo en sus observaciones e hipócrita en su moral.

Como las otras dos películas de Berkeley con la Warner en 1933 –42nd Street, Bacon; Gold Diggers of 1933, LeRoy– Footlight Parade tiene dos partes claramente diferenciadas. En la primera hora se desarrolla el conflicto en torno al montaje del musical y, en la segunda, de media hora, se incluyen los números de Berkeley.

Para reseñar en la primera parte, el magnífico travelling acompañando a Cagney mientras recorre los distintos estudios y talleres donde se produce y ensaya el musical, y un breve número de vaudeville, Sittin' On A Backyard Fence

Por su parte, Berkeley crea tres grandes números. El primero, Honeymoon Hotel, y el tercero, Shanghai Lil, con música de Harry Warren y letra de Al Dubin, ambos de tipo relato. Buenos números de ritmo fluido, referencias sexuales, socarronería, decenas de actores, cámaras volantes y preciosos planos.

Pero el gran número de la película es By a Waterfall, otra inolvidable joya visual de Berkeley, con música de Sammy Fain, letra de Irving Kahal y cientos de coristas y espectaculares e hipnotizantes planos en fastuosos escenarios.