Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer

Estreno: 11-11-1951

Duración: 113 min.

Subgénero: Narración musical

Tramo: C


Notas de Cine Musical


An American in Paris


(Un americano en París)



Este musical posiblemente ostenta el record de tener la mayor diferencia entre su calidad y su popularidad. Fue un triunfo absoluto de taquilla y de premios; obtendría ocho nominaciones y seis óscar de la Academia, entre ellos al de Mejor Película, lo que la convertía en el tercer musical en conseguirlo tras The Broadway Melody (Beaumont, 1929) y The Great Ziegfeld (Leonard, 1936). Visto desde la actualidad, este enorme éxito se explica en gran parte por el homenaje que la película realizaba al consagrado, al intocable Gershwin, siendo durante muchos minutos un simple vehículo –más novelado, mejor producido y más sofisticado que Rhapsody in Blue (Rapper, 1945)– de su repertorio.

La película –con enormes medios y poca emoción– sufre serios defectos, empezando por la dirección a la que, o bien le faltan coordenadas o bien le sobran destinos. Tampoco los actores ayudan. Quitando la luminosidad de Gene Kelly y el singular magnetismo del hosco y entrañable Oscar Levant, el resto de los actores resultan desvaídos o molestos, sin fuerza dramática ni vis cómica; sin una contribución especial al musical, pues ni el baile de Leslie Caron ni la voz de Georges Guétary suman a la obra. La magnífica música de Gershwin, a pesar de lo forzado que resulta en muchos momentos su convergencia con el guion, no acaba de encajar y, cuando encaja, el revenido guion de Lerner no justifica el esfuerzo.

Aunque el argumento en los musicales suele ser irrelevante en An American… faltan los matices, los gestos y la armonía necesaria; no tienen el mismo vuelo. Sin embargo el planteamiento de la trama sí supone un gran avance en el género y una consolidación, en la utilización de cancioneros de compositores famosos. Lo habitual era encajarlos en biopics de los autores, con recreaciones de los números en los teatros musicales,  o en falsas biografías de músicos profesionales –Alexander's Ragtime Band (Fox, 1938) –, pero aquí se crea un relato completo y se desarrollan números específicos para albergarlo y articularlo. Con este planteamiento se abría una vía para realzar las canciones dentro de un drama o para añadirles una nueva dimensión uniéndolas a una coreografía. Y sobre todo, siempre manteniéndolas bajo enfoque y objetivos cinematográficos, se diluía, hasta casi desaparecer, su origen y sus connotaciones de jukebox

La película ofrece algunas coreografías excelentes, pero no están hiladas como conjunto y resultan, injustificadamente, demasiado diversas. Donde la película abruma es en aspectos no musicales aunque sí relevantes en el género musical: una sensacional fotografía, que exprime el Technicolor hasta sus límites, acreditada, entre otros, al famoso John Alton; los decorados, magníficos y cruciales en las secuencias del ballet final; y su fabuloso vestuario, asimismo uno de los elementos relevantes del ballet final, acreditado a Orry-Kelly, Irene Sharaff y Walter Plunkett.

Los números más reconocidos son I Got Rhythm, con un feliz Kelly haciendo el payaso entre niños que le corean el famoso tema de Gershwin. Esta sencilla escena ilustra muy bien el esmerado trabajo escenográfico. El vestuario alimenta el tono pretendidamente naturalista, con los niños vestidos con raídas ropas de colores desvaídos, pero a la vez queda enmarcada en un contexto musical, con el frondoso y fastuoso colorido de la floristería del fondo.

https://www.youtube.com/watch?v=4zLjF9hlH2k

Como pieza de baile, es famoso el ballet de Our Love Is Here to Stay, que Kelly canta y luego baila junto a Leslie Caron a las orillas del Sena, pero resulta demasiado largo y afectado para conmover.

https://www.youtube.com/watch?v=SdHeE4TW0GY

Como tema musical, es muy conocida la interpretación del tema S'Wonderful realizada por Kelly y por Georges Guétary y que incluye unos breves pasos de tap de Kelly, pero aburre.

https://www.youtube.com/watch?v=sh2XvdOfyI0

El número realmente más singular y conseguido de la película es sin duda Tra La La-This Time It’s Really Love. Dinámico, alegre, desenfadado, sincero, espontáneo, interpretado y cantado por los dos mejores actores de la película. Levant toca el piano y Kelly baila con su camisa informalmente desabrochada, en una hermosa escena que trasmite con la fuerza del genuino musical la comunión y cómplice amistad de dos artistas norteamericanos en un día de radiante primavera de París.

https://www.youtube.com/watch?v=a8rS1OfwRaM

El número más especial es su famoso, ambicioso y costoso ballet final, de diecisiete minutos de duración, con un tremendo despliegue de decorados, vestuario, luminotecnia y medios técnicos. Largo y complejo, el resultado irregular y confuso. Para encajarlo en el guion todo el número se construye como un ensueño que tiene Kelly cuando, frustrado, ve cómo se marcha la mujer de la que está enamorado. En su ensueño Kelly va bailando a través de cuadros que evocan estilos y obras de famosos pintores franceses que él mismo había manifestado que admiraba y que los críticos identifican como Dufy, Renoir, Utrillo y Rousseau. A lo largo de las piezas la coreografía de Kelly intenta desarrollar su propuesta de fusionar elementos de danza moderna y tap con elementos de ballet clásico –al igual que Gershwin lo había hecho en sus composiciones musicales–, pero el resultado no cuaja. Apabulla con su colosal orquestación coreográfica, pero no emociona. Dentro del largo número, hay dos piezas que sobresalen. La primera sería esta rutina, que cuenta con más elementos de vaudeville que de ballet y ofrece un magnífico equilibrio entre música, danza, colorido y ritmo visual.

https://www.youtube.com/watch?v=4P_tyRcAGeg

La segunda pieza es la que evoca el cuadro Chocolat dansant dans un bar, de Toulouse-Lautrec, con Kelly interpretando a Chocolat y Leslie Caron a Jane Avril.

https://www.youtube.com/watch?v=vqtiggLGbCk