Biopic de Stephen Foster (1826-1864), compositor fundacional de la música popular norteamericana. Sus canciones obtuvieron tal grado de aceptación y popularidad que han pasado a formar parte del ADN del país y del currículo de los niños en las escuelas. Su composición más conocida fuera de Estados Unidos es la celebérrima Oh! Susanna.

La vida de Foster ya había sido llevada al cine en otras dos ocasiones, con Harmony Lane (Santley, 1935) y Swanee River (Lanfield, 1939). Esta tercera versión fue realizada por una productora de serie B, Republic Pictures –especializada en westerns de baratillo, aunque cuente en su haber con obras como Macbeth (Welles, 1948) o Johnny Guitar (Ray, 1954)–, lo que se aprecia desde el primer momento gracias, entre otras cosas, a la increíblemente mala calidad de la tecnología de color, Trucolor, que utiliza.

En los títulos de crédito se anuncia que la película quiere presentar the Inmortal Songs of the Showboats Days, aunque ninguna de las canciones será luego interpretada como parte de un espectáculo de showboat. La trama intenta incluir el mayor número de temas de Foster, cantados o instrumentales, y la lista final es extensa: Jeanie with the Light Brown Hair –que da nombre a la película–, Oh! Susanna, Nelly Bly, My Old Kentucky Home, Good Night, Ring de Banjo, Old Folks at Home (Swanee River), Beautiful Dreamer, Come Where My Love Lies Dreaming, Gwine to Rune All Night (De Camptown Races), Queen of Mirth, Haunting My Dreams at Night, You Must Wear a Dainty Ribbon in Your Hair, Old Black Joe, Glendy Burke, I Can Still See Her in My Dreams y Old Dog Tray.

Más allá de las limitaciones presupuestarias y técnicas y de la falta de talento de los actores, el biopic resulta muy correcto y cumple su objetivo didáctico. Refleja muy bien la mezcla de tradiciones musicales europeas y africanas que Foster asimiló y supo fusionar para crear un nuevo sonido. Asimismo enfatiza la labor de Foster en aquellos estilos musicales donde fue mayor su contribución: el denominado parlor –canciones que se cantaban en las casas particulares, como parte de un acto familiar o social– y el minstrel, espectáculos cómicos con canciones y bailes interpretados por blancos con la cara pintada o tapada de negro, parodiando a la gente de color, un género que se convertirían en la forma más genuina y popular del espectáculo musical en los Estados Unidos de mediados del siglo XIX. La película incluye temas de ambos estilos recreando los ambientes donde se interpretaban.

Como parte relevante de esta reconstrucción, se monta un espectáculo completo minstrel y, como hilo conductor, se incluye en el relato a Edwin Christy, famoso cantante y productor contemporáneo de Foster, fundador del grupo Christy's Minstrels. Este grupo será el que establezca y estandarice muchos elementos del espectáculo minstrel, incluyendo la posición central del cantante y director, con los personajes Mr. Tambo y Mr. Bones a ambos lados del escenario. La película recrea con vocación historicista uno de estos espectáculos con un conseguido resultado. Muy interesante por tanto en la medida de que, con el tiempo, este género se convertirá en un afluente clave del vaudeville y del cine musical.

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