Durante la década de 1920 Sigmund Romberg compuso algunos de los musicales más populares de Broadway. Romberg había nacido en Hungría y se había formado musicalmente en Viena, pero desarrolló toda su carrera en Estados Unidos. Con su formación musical clásica, Romberg adaptó operetas europeas y compuso operetas propias, como The Student Prince (1924), The Desert Song (1926) y The New Moon (1928), con las que obtendría mucha popularidad. Aunque a lo largo de su carrera Romberg se había impregnado del gusto y estilo norteamericano, sus operetas fueron construidas teniendo como referente el modelo vienés, al estilo de Franz Lehár –también austro-húngaro–, mundialmente conocido por su exitosa opereta Die lustige Witwe / The Merry Widow (1905), llevada al cine por Lubitsch en 1934.

La opereta The Student Prince se estrenó con gran éxito en Nueva York –con 608 representaciones, superando incluso a Show Boat, con 572–, adquiriendo el rango de teatro musical clásico norteamericano. La opereta llama la atención por su desenlace, sin el clásico final feliz, pues vence el deber, las obligaciones, sobre el amor; y por su música, con marchas estudiantiles.

Para llevar la obra a la pantalla la MGM escogió como pareja protagonista al tenor Mario Lanza y a la soprano lírica Ann Blyth. Lanza grabó todos los temas, pero un enfrentamiento posterior con el estudio les llevará a romper el contrato y la MGM lo sustituiría con el actor Edmund Purdom. Este cambio dará pie a lo más singular de esta película: Purdom actúa sincronizando sus labios con la grabación realizada por Lanza, algo que no era nuevo; de hecho, cada vez era más habitual, pero era una práctica de la que, sencillamente, nadie hablaba. Lo peculiar en este caso es que el doblaje se publicita, se informa de modo explícito en los carteles y créditos que lo que se oye es la voz de Mario Lanza.

La película resulta hoy tosca, las interpretaciones envaradas, los decorados infantiles y, aunque las melodías cobrarían fama, las versiones carecen de emoción.

Por lo encorsetados que están algunos números, se duda si el musical se había llevado al cine o si se había rodado la representación teatral del musical, como este Golden Days.

A los pocos meses, la MGM estrenaría un biopic sobre Romberg, Deep in My Heart (Donen, 1954).