No hay nada que le guste más a Hollywood que el propio Hollywood, de forma que, las películas que versan sobre sí mismo, se han convertido prácticamente en un género cinematográfico. Y, cuando la introspección es medianamente sincera, la riqueza y la oscuridad de los personajes es tal que difícilmente se encuentra otro género que resulte tan crudo, feroz y lúcido. A Star Is Born narra la vida de un actor consagrado –un personaje al que su celebridad ha liberado de los límites y las imposiciones sociales– que, en su decadencia alcohólica, aún sabe reconocer a una estrella en potencia. La obra original había sido escrita por William A. Wellman y Robert Carson, y llevada al cine, con el mismo título (Wellman, 1937) como drama romántico. Este musical es una adaptación de la película de 1937 a la que se incorporan canciones interpretadas por Judy Garland.

Garland no había vuelto a rodar desde su espantada de Royal Weeding (Donen, 1951) y la posterior cancelación de su contrato por la MGM. En 1952 Garland se casa con Sid Luft, un empresario judío que puso todo su empeño en que su mujer volviera a trabajar y triunfar en el cine y que logrará convencer a Cukor para que ruede la adaptación musical de A Star Is Born. Este sería el primer musical para Cukor –descontando su labor rematando la película One Hour with You (Lubitsch, 1932), inacabada por la súbita muerte del director–, aunque en el futuro dirigirá tres obras relevantes: Les Girls (1957), Let’s Make Love (1960) y My Fair Lady (1964).

El equipo técnico se completó con dos brillantes profesionales. Uno de ellos sería Moss Hart, talentudo guionista y director de teatro; coguionista de grandes éxitos de Broadway como You Can't Take It with You (1936) o The Man Who Came to Dinner (1939), y de musicales como As Thousands Cheer (1933) de Irving Berlin; Jubilee (1935) de Cole Porter o I'd Rather Be Right (1937) de Rodgers y Hart; y, sobre todo, conocido por un trabajo posterior a esta película: la dirección de la primera producción de Broadway de My Fair Lady (1956), o, el último musical que dirigiría, Camelot (1960). El otro fichaje fue Sam Leavitt –tres veces nominado al Premio de la Academia– como director de fotografía, con un fabuloso trabajo en el uso del CinemaScope, siendo esta la primera película en la que la Warner usaba este formato.

El papel protagonista masculino no fue fácil de cubrir. Los conocidos e imprevisibles estados de ánimo de Judy Garland desanimaron a varios candidatos; y durante el rodaje Garland, aún dependiente de las pastillas, justificaría todos los recelos. Finalmente el actor contratado será el elegante James Mason.

En cuanto a la parte musical, las canciones estaban compuestos por Harold Arlen e Ira Gershwin y, la escasa coreografía, corre a cargo de Richard Barstow, una extraña elección pues este coreógrafo había desarrollado su carrera en los circos Ringling Brothers y Barnum & Bailey Circus, razón por la cual su obra más celebrada era la coreografía de The Greatest Show on Earth (DeMille, 1952).

El rodaje dispuso de un enorme presupuesto –5 millones frente, por ejemplo, los 2,5 que había costado la reciente Seven Brides for Seven Brothers (Donen, 1954), o los 3 de Brigadoon (Minnelli, 1954)– y será el primer musical que alcance las tres horas de duración.

Como musical, la ambición es poca y se trata más la vida novelada de una artista en la que se incluyen buenos números musicales, la mayoría sobre los escenarios y exentos de la trama; un planteamiento muy antiguo. Pero como película dramática el resultado es extraordinario, siendo nominada a los premios de la Academia a la Mejor Actriz, Mejor Actor, Mejor Dirección Artística, Mejor Vestuario, Mejor Canción Original y Mejor Música Incidental.

Los dos primeros números, Gotta Have Me Go with You –que sirve de presentación de Garland y Mason–, interpretado por Garland junto a Jack Harmon y Don McKay; y The Man That Got Away, tema que estaría nominada por la Academia a la Mejor Canción Original, parecen pensados para recordar al público el amplísimo registro de la grandiosa Garland como bailarina y cantante.

https://www.youtube.com/watch?v=pnGrc4IDWvQ

https://www.youtube.com/watch?v=UzyPMRo8ZUQ

Pero los números más singulares son otros dos, de larga duración. El primero es Born in A Trunk. La secuencia, que comienza en el minuto 55, dura ¡catorce minutos y medio! Al igual que una muñeca rusa, este número, que contiene a su vez varios números musicales, forma parte de una película musical que se ofrece dentro de esta película musical. Esta larga secuencia no estuvo supervisada por Cukor sino por un especialista como Roger Edens, compositor y productor asociado en muchos de los éxitos de la Freed Unit. Este número matrioshka, cantado y bailado por Judy Garland, con una brillante escenografía y vestuario de Irene, recrea clásicos del género como Swanee, de George Gershwin e Irving Caesar; I'll Get By (As Long as I Have You), de Fred E. Ahlert y Roy Turk; You Took Advantage of Me, de Richard Rodgers y Lorenz Hart; Black Bottom, de Ray Henderson y Buddy G. DeSylva and Lew Brown; de The Peanut Vendor, de Moïse Simons; y Melancholy, de Ernie Burnett y George A. Norton.

https://www.youtube.com/watch?v=BZusbqrS3kE https://www.youtube.com/watch?v=bpd_eBTAjkk https://www.youtube.com/watch?v=ogF4sZkf3DU https://www.youtube.com/watch?v=BtLIXXXP8Co

Si con Born in A Trunk Garland prosigue con abrumadora demostración de dominio y versatilidad en el musical, con Someone at Last –un tour de force que recuerda a José Ferrer en Deep in My Heart (Donen. 1954)– Garland muestra su talento dramático y su vis cómica, explicándole con detalle a Mason cómo está rodando un número en el estudio. La escena permite vislumbrar la complejidad de Garland: no sólo es una gran actriz, como otras, no sólo canta y baila, como pocas; es una insondable artista.

La admiración que generará esta obra llevará a la recuperación de algunos números eliminados, como Here's What I'm Here For, o

Lose That Long Face, donde Garland luce sus dotes cómicas y de bailarina.

https://www.youtube.com/watch?v=rANAD7OptTM