Musical familiar agradable de ver que obtuvo cierto éxito comercial, aunque, para 1954, todo su planteamiento resultaba vetusto. Si hubiese sido una obra estrenada cinco años antes su repercusión hubiera sido mayor.

En la década de 1940 la Paramount había reunido en un par de ocasiones a su gran estrella musical, Bing Crosby, con la gran referencia del género, Fred Astaire. El resultado de las producciones, ambas con cancionero de Irving Berlin, había sido desigual: un gran éxito con Holiday Inn (Sandrich, 1942) –donde se había estrenado el tema White Christmas–, y una pifia con Blue Skies (Heisler, 1946). La idea del estudio era volver a reunir a los dos artistas y al compositor Irving Berlin, y de ahí surgió el proyecto de White Christmas. A Astaire seguramente no le hizo ninguna gracia la idea de volver a trabajar sometiéndose a Crosby –que, además de ser la estrella de la Paramount, financiaba junto con Berlin la mitad del proyecto–, algo perfectamente entendible, y declinó participar. Finalmente Crosby, protagonista absoluto, estará acompañado por Danny Kaye –que no sólo intenta no hacer la mínima sombra a Crosby sino que se esfuerza por hacerle lucir más–, y por Rosemary Clooney y Vera-Ellen como protagonistas femeninos. Este será el penúltimo musical en el que participe Vera-Ellen.

En la producción la Paramount echó el resto, y sería su primer rodaje utilizando una tecnología propia del estudio, Vista Vision, con mayor calidad y tamaño de imagen; una tecnología que pronto quedaría superada en cuanto los fabricantes de la película cinematográfica, del celuloide, lograron mejorar la calidad. Como título de la película se escogió el del, ya por entonces, famosísimo tema principal, White Christmas. Berlin lo había escrito en 1940. En su estreno obtuvo un reconocimiento discreto, pero, según se prolongaba la Segunda Guerra Mundial, la canción iba convirtiéndose en el paradigma de la nostalgia de la patria, del hogar: la interpretación de Crosby venderá 50 millones de copias y se convertirá en el disco sencillo más vendido de la historia.

Para esta película Crosby interpreta una versión casi a capella, y se recrea –por lo demás, de manera, intachable– cantando lo que ya sabe que es un éxito, con una escenografía que abusa buscando recuperar la emoción de oír este tema en el frente de guerra.

https://www.youtube.com/watch?v=OIVI4cE9PPo&list=PL4ApWuiyYuubtZTiR8RG9-n0aAT6TqWv5

Más que por la calidad, los números de White Christmas destacan por su variedad, en consonancia a los talentos de los protagonistas. Como suele, esta dispersión da lugar a buenos números ejecutados por especialistas, pero perdiendo conexión con la trama y vaciando de intensidad el musical por la dispersión del conjunto. Crosby y Clooney cantan, Vera-Ellen baila –su voz está doblada– y Kaye, un showman total, aporta sus refrescantes dotes de payaso, como en este sorprendente número cómico –imposible de llevar adelante sin la fuerza y presencia escénica de Kaye, sosteniendo a la vez el andamio del número y al soso de Crosby– en el que parodian el número Sister interpretado por Clooney y Vera-Ellen.

https://www.youtube.com/watch?v=DDyybi7t634

Otro ejemplo de la variedad de la película es el número Snow, cantando a coro por los protagonistas.

https://www.youtube.com/watch?v=CH2KGboA35c

La trama, en línea con la dispersión musical, se dedica a disparar a todo lo que se mueve: resalta la arrolladora capacidad de convocatoria de la televisión, incluye sarcasmos sobre los popes del teatro musical (–No sé lo que se propone, pero tiene esa mirada de Rodgers y Hammerstein. –¿Eso es malo? –No es malo, pero es caro siempre.), recrea un número minstrel, homenajea al ejército y exalta el tap  a la par que ridiculiza la danza moderna en Choreography.

https://www.youtube.com/watch?v=s-cXP1uDFpA

Vera-Ellen lucirá su técnica para el tap en un par de números, destacando en Abraham, junto al bailarín John Brascia.

https://www.youtube.com/watch?v=yxGIHwpbKFU