Productora/Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer
Estreno: 24-11-1933
Duración: 92 min.
Subgénero: Montaje de espectáculo
Tramo: -
Dancing Lady
(Alma de bailarina)
Buena película dirigida por Robert Z. Leonard, director que había debutado con el cine mudo y que alcanzaría la fama en el género musical con The Great Ziegfeld (1936) y Ziegfeld Girl (1941). Dancing Lady no es tanto un musical como una obra que observa, reflexiona e idealiza el montaje de un espectáculo musical. La trama avanza subida a los anchos hombros de Clark Gable y Joan Crawford, que se bastan para sostener la obra. Conceptos como ambición, sacrificio o afán de superación, normalmente planteados sólo de forma nominal en las películas del género, adquieren aquí carácter de nombre propio gracias a la fuerza dramática de estos dos actores que, aunque interpretan personajes sencillos, ni siquiera se asoman a la caricatura en la que muchos actores de musicales resbalan y caen. Para dar el toque de humor se incluyen breves, inteligentes y tiernas intervenciones de Benchley y del grupo Ted Healy and his Stooges, con una trabajada coreografía mímica de golpes y bofetadas.
La trama, como era habitual en las películas de esta década, es contemporánea y tiene lugar en el mismo año del estreno de la película, 1933. Los números se basan en canciones de Adamson & Lane –Let's Go Bavarian, Heigh-ho, Everything I Have Is Yours–, Hart & Rodgers –That's the Rhytm of Today– y Fields & MacHugh –My Dancing Lady–, y las coreografías, tanto de los ensayos como de los números, son realistas, dinámicas, y muestran la amplia experiencia de Sammy Lee como colaborador de los espectáculos que Ziegfeld montaba en Broadway.
Pero, más allá de que sea una obra interesante y agradable de ver, la película ocupa un lugar privilegiado en la historia del cine musical por ser la primera vez que aparece en pantalla Fred Astaire, prestado un par de semanas por la RKO a la MGM.
Astaire había iniciado su carrera siendo niño junto a su hermana Adele, como bailarines de vaudeville y teatro musical. Cuando Adele abandona el baile para casarse –con un noble inglés, situación que se recrearía en Royal Wedding (Donen, 1951)–, Astaire tuvo que reorientar su carrera profesional y firmó un contrato para hacer películas con la RKO. Aunque Astaire, nacido en 1899, era por entonces una famosa estrella del teatro musical, la RKO albergaba serias dudas sobre sus posibilidades de triunfar en el cine. Existe al respecto una leyenda en Hollywood sobre el informe que realizó el estudio tras pasar las primeras pruebas: No sabe cantar. No sabe actuar. Se está quedando calvo. Baila un poco.[1]
La primera aparición de Astaire en la película dura poco más de un minuto y se interpreta a sí mismo. Es una secuencia en la que, como bailarín especialista, ayuda a Crawford a ensayar una rutina, pero, al poco de ponerse a bailar, el personaje tiene una pequeña lesión que les obliga a detenerse. Son unos pocos segundos, pero suficientes para que Astaire desvele su atemporalidad e imprima su sello de calidad en la película y en el baile de la Crawford.
https://www.youtube.com/watch?v=sopYeFeWhhgPosteriormente, bailará con Crawford un número completo, Let's Go Bavarian, donde se muestra a Astaire con su imagen icónica, de frac y sombrero de copa, e incluye un viaje mágico hasta una alegre y simpática Alemania, secuencia que seguramente pocos meses después, con el ascenso a Hitler al poder, pondría de los nervios a los productores.
https://www.youtube.com/watch?v=-26SAozdAm4 https://www.youtube.com/watch?v=tXWmE-xheMIRespecto al último número de la película, That's the Rhythm of the Day, de Hart & Rodgers, no hay nada que recordar, únicamente señalar que Sammy Lee parece querer homenajear a Berkeley, por no decir imitar, y construye una secuencia con movimientos angulares, chicas, espejos y sombreros que resulta un triste remedo.