Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer

Estreno: 09-12-1954

Duración: 132 min.

Subgénero: Biopic-Fuentes

Tramo: -


Notas de Cine Musical
  • Letra


Deep in My Heart


(Profundamente en mi corazón )



Biopic de Sigmund Romberg. Por su trama podría calificarse de musical de emigración, en este caso de los austro-húngaros que llegaban a los Estados Unidos con una amplia y profunda cultura en música clásica y opereta vienesa pero sin idea alguna del voraz show business. Esta orientación argumental se repetiría en Die Trapp-Familie in Amerika (Liebeneiner, 1958).

La opereta se ve hoy como un subgénero lacrimógeno, casposo, con aburridas voces líricas y tramas melodramáticas, pero fue uno de los grandes afluentes del musical americano y supo mantener durante décadas una entidad propia y la fidelidad de gran parte del público. Sigmund Romberg, con su gran bagaje cultural europeo, fue uno de los principales compositores de operetas en Estados Unidos. Sus obras más famosas fueron The Student Prince (1924), The Desert Song (1926) y The New Moon (1928).

Si normalmente los biopics son cinematográficamente aburridos por la falta de ritmo y la sobrecarga de temas para cumplir los objetivos discográficos de la jukebox, en este caso se agrava por la poca empatía que despierta la opereta. No puede decirse que sea mala película sino que es confusa y desbalanceada. Tampoco puede decirse que la MGM no hubiera puesto suficientes medios. Como realizador se puso a Stanley Donen y, como protagonista, al puertorriqueño José Ferrer, sobre el que pivota, obviamente, toda la obra por tratarse de un biopic. Ferrar era un actor dramático de enorme prestigio, uno de los más sólidos de la época; había estado nominado por el biopic de Toulouse-Lautrec (Moulin Rouge, Houston, 1952) y ganado el óscar al Mejor Actor por Cyrano de Bergerac (Gordon, 1950). Acompañándole, el reparto incluía a Helen Traubel, soprano norteamericana especializada en obras de Wagner, y una larga lista de artistas invitados, empezando por Rosemary Clooney –por entonces esposa de Ferrer–, Gene y Fred Kelly, Ann Miller, Cyd Charisse, Howard Keel, Jane Powell o Tony Martin.

La película incluye multitud de números, ningún memorable por sus aspectos musicales, aunque sí por sus apuntes anecdóticos. Por ejemplo, el primer número, Mr & Mrs, del musical The Blushing Bride, es interpretado por José Ferrer y su esposa, Rosemary Clooney

https://www.youtube.com/watch?v=mJ2JNbSLSd8

O el número I Love to Go Swimmin' with Wimmen, del musical Love Birds, interpretado por Gene Kelly y su hermano Fred, en la única ocasión que actuarían juntos en el cine.

Y resulta agradable It, de la revista Artists and Models, pues aunque la coreografía es muy limitada y la canción es más apropiada para una voz estilo Maurice Chevalier, cuenta con una correcta rutina de Ann Miller.

https://www.youtube.com/watch?v=RC1UbWf_vbg

Un número que se espera con interés One Alone, de la opereta The Desert Song, por la participación Cyd Charisse –que canta doblada por Carol Richards– se malgasta en una ampulosa coreografía historiada.

https://www.youtube.com/watch?v=1uhP-rh9dOo

Pero la parte musical más singular de toda la película no corresponde propiamente a un número musical sino a una larga secuencia de 13 minutos –toda una apuesta de la realización, pues interrumpe el ya desgraciado ritmo de la obra y desdibuja el perfil de Romberg ofrecido hasta ese momento– en la que Ferrer, en un alarde de virtuosismo dramático, resume con imitaciones, bailes y canciones el argumento y desarrollo de una obra musical. Para la secuencia, que arranca en el minuto 56, Ferrer extrae de diversos musicales los temas Girls Goodbye, Fat Fat Fatima y Jazza-Dada-Doo.

El musical asume las convenciones del género e incluye referencias a sus iconos, como Al Jolson, con el que Romberg colaboró estrechamente, y cita una de sus famosas frases: Like my friend Al Jolson once said: nothing ain’t heard yet!

La película no aporta nada relevante, ni musical ni cinematográficamente, pero sin embargo sí ayuda a visualizar un aspecto muy importante del género musical: la continuada recuperación y actualización de los grandes temas de los musicales tendrá como consecuencia que, estás composiciones, se mantengan presentes a lo largo de muchas generaciones.

Tal como se muestra al inicio de la película, una misma canción como Softly, as in a Morning Sunrise, puede tener expresiones diferentes. La primera, para un espectáculo de revista; la segunda, en su versión original, casi un lied, en interpretación de una soprano acompañada por un piano. Esta actitud abierta, unida a la hondura y la versatilidad del jazz, para revisar y actualizar composiciones antiguas y reconocerles su valor intrínseco se convertirá sin duda en un elemento clave para la continuidad emocional del género en Estados Unidos. Este proceso de aggiornamento se aprecia todavía mejor en otro tema de la película, Lover, Come Back to Me, de la opereta New Moon, interpretado por Tony Martin y Joan Weldon. Una versión hoy de todo punto insoportable.

https://www.youtube.com/watch?v=ry_ZxTWwbVA

Este mismo tema había sido también interpretado por Jeanette MacDonald y Nelson Eddy en la adaptación de la opereta para la pantalla (Leonard, 1940), con una versión hoy igualmente horripilante.

https://www.youtube.com/watch?v=wHGCqbVWX9k

Posiblemente canciones similares han sido condenadas al olvido en muchos países; sin embargo, en Estados Unidos, y con la ayuda del jazz –una música que no sólo unió generaciones y reconcilió razas, sino que además reconcilia pasado con  presente–, estas obras son revisitadas y mantenidas vivas tal como se puede comprobar en las versiones de este mismo tema, Lover, Come Back to Me, realizadas por Billie Holiday y Ella Fitzgerald.

https://www.youtube.com/watch?v=RRUlxvdy1iw https://www.youtube.com/watch?v=gP8UislzWvw

O en las interpretaciones de este mismo tema realizadas por de Django Reinhardt, Nat King Cole, John Coltrane, Bobby Darin, Aretha Franklin,  Coleman Hawkins, Peggy Lee, Artie Shaw, Frank Sinatra, Barbra Streisand, Rudy Vallee, Dinah Washington, Lester Young… Sin duda España sería un país mejor si supiéramos acercar con igual orgullo y fortuna nuestro pasado a nuestro presente; nos entenderíamos mejor entre nosotros y nos sentiríamos más cercanos de nuestros antepasados si sucediera algo parecido con la copla o la zarzuela. Confundimos arreglos con esencia.