Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Columbia Pictures

Estreno: 22-09-1955

Duración: 108 min.

Subgénero: Narración musical

Tramo: C


Notas de Cine Musical


My Sister Eileen


(Mi hermana Elena)



Película de Richard Quine a una coreografía de Bob Fosse pegada. Comedia moderna, alegre, con alguna escena alargada en exceso, aunque sin provocar mayor destrozo, porque redunda en el discurrir tranquilo de la trama y porque el guion, salpimentado de gags y buenas réplicas, permite aguantar fácilmente las prolongaciones.

El protagonismo es coral, aunque destaca la buena interpretación de Betty Garret. La presencia de Garret provoca seguro además una íntima satisfacción a los amantes del género pues tras un exitoso 1949 –Take Me out to the Ball Game (Berkeley, 1949) y On the Town (Kelly-Donen, 1949) – quedaría seis años vetada para trabajar en el cine por haber sido incluida en las listas negras de Hollywood debido a su matrimonio con un antiguo comunista. La inclusión de Garret en el reparto aporta también la agradable sensación de transición y continuidad en el género, de unión de generaciones, pues Garret había nacido en 1919 mientras que Bob Fosse y Janet Leigh eran de 1927 y Tommy Rall de 1929.

La labor del resto de los actores es feliz y eficaz: Leigh acompaña, Fosse divierte y enternece, Rall asombra con su poderoso baile, aunque su fuerza le arrastra y le pierde cuando diluye en acrobacia su danza. Realiza su papel Richard York aunque, como todos los actores quemados en series televisivas, es imposible no verle como Darrin, el marido de Embrujada. Jack Lemmon, ya famoso y con la cotización al alza, incluso canta el tema It's Bigger Than You And Me, pero su aportación a la película es absolutamente irrelevante.

Aunque la obra responde a parámetros y ritmos de cine y no se limita a la grabación de una obra de teatro, los decorados resultan excesivamente teatrales y, como si de un escenario se tratara, parecen ligeramente abiertos hacia los lados, en ángulo obtuso, como para que el público de las plateas laterales pudiera ver cómodamente hasta el fondo del escenario.

En la parte musical, las composiciones de Jule Styne y Leo Robin son correctas mientras que las coreografías de Bob Fosse son magníficas, sabrosas, renovadas, llenas de intenciones y pequeños gestos de larguísimo recorrido. El cambio de lenguaje respecto a las coreografías clásicas –basadas en bailes de salón, ballets, taps o ritmos de jazz– es tan grande, tan profundo, que en realidad supone la aparición de un nuevo idioma. Las coreografías tradicionales –pudiendo ser armónicas, sensibles, acrobáticas, elegantes, multitudinarias, plásticas, rítmicas, hermosas, inagotables para admirar y disfrutar, divertidas, emocionantes– tienen todas algo pétreo, como si aspirasen a cuajar una sólida obra monumental clásica que se pudiera exhibir en una plaza pública. Muestran talento, arte, trabajo, pero por su naturaleza no trabajan la anécdota, parecen ignorar la pequeña experiencia cotidiana, el rápido guiño, el escondido sentimiento privado, los íntimos miedos del bailarín, representan arquetipos. La coreografía de Fosse nace mirando más hacia dentro que hacia fuera. No sólo muestra talento y una nueva sensibilidad, también toda su vulnerabilidad. A diferencia de los musicales clásicos, en sus coreografías es posible reconocer complicidades singulares entre los bailarines. Como coreógrafo Fosse aportará al musical el mismo aire de intimismo y  fragilidad que, exactamente en este mismo año,  James Dean llevaba al drama con East of Eden (Kazan) y Rebel Without a Cause (Ray).

De los números de la película resalta por su fuerza la rutina entre Fosse y Rall, Competition Dance, pero, una vez superado el diálogo inicial y la lucha de ciervos que entablan, el baile se diluye en las fortalezas físicas y, siendo interesante, se pierde del avance de la trama.

https://www.youtube.com/watch?v=3ItaESaGWMk

Es sobresaliente el número coral de Garret, Leigh, Fosse y Rall en el quiosco de música, Give Me a Band and My Baby, mostrando la habilidad de Fosse no para interpretar el jazz bailándolo, sino para bailar como quien interpreta jazz, consiguiendo armonizar diferentes movimientos unidos por un mismo sentido del ritmo y de improvisación.

https://www.youtube.com/watch?v=MlXxsJ8rDP8

Y resulta antológica la amable, sentida, tierna rutina de Fosse y Leigh, There's Nothin' Like Love; una rutina minimal que plasma la intimidad y ensueño de los enamorados escrita con lenguaje renovado y moderno. Un hito en la evolución del género.

https://www.youtube.com/watch?v=TRQ9xa9xOZE