Kismet es una obra de teatro de Edward Knoblock estrenada en 1911 que había tenido tres adaptaciones a la pantalla y servido de base para un musical estrenado en Broadway en 1953. Esta nueva versión de 1955 de la MGM se basa en el musical de Broadway.

Lo más singular de este musical es que toda la música de sus canciones está extraída de composiciones de Alexander Porfiryevich Borodin, compositor ruso del XIX que había escrito sinfonías, cuartetos y una famosa ópera, El Príncipe Igor. La adaptación de composiciones clásicas no era novedosa en sí; ya en musicales primitivos, como Hallelujah (Vidor, 1929), se incluían temas cuya música estaba basada en piezas clásicas, concretamente Goin' Home, a partir de la Sinfonía Nº 9 de Antonín Dvorák. Lo que sí es aquí novedoso es la aproximación programática de que todas las melodías sean adaptaciones de un mismo compositor, una suerte de jukebox de la obra revisitada de un compositor clásico. Sobre la música de Borodin se añadieron las letras para conformar un repertorio ajustado a la trama: Stranger in Paradise, Not Since Nineveh, Bazaar of Caravans, He's in Love, Samaris Dance, Zubbediya o My Magic Lamp.

Construida alrededor del Cinemascope, del Eastman Color y de afectadas interpretaciones, la obra es cargante como película y relamida como musical. Sí debe reconocérsele que algunos de sus prolijos y tediosos números, como Night of My Nights, han servido sin duda como fuente de inspiración para los montajes de las cabalgatas y pasacalles de Reyes Magos que en el mundo han sido.

Aunque la música de Borodin está procesada con un pasapuré para ajustarla a los ritmos populares, la obra mantiene aspiraciones operísticas y no da la talla. El único número con sabor a musical es Not Since Nineveh, protagonizado por la muy interesante y desperdiciada Dolores Gray.

El tema principal de la película, y que sirvió de base para el título de la película en España, Stranger in Paradise, está interpretado por los desemocionantes y nada empáticos Damone y Blyth.