Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer

Estreno: 22-05-1956

Duración: 93 min.

Subgénero: Profesionales

Tramo: -


Notas de Cine Musical
  • Música
  • Letra


Invitation to the Dance


(Invitación a la danza)



Gene Kelly tuvo un sueño y la mala fortuna de poder realizarlo: llorará por la plegaria atendida. Todo empezó por los anhelos culteranos de Kelly. Su proyecto más personal era fusionar ballet clásico, tradición de teatro musical de Broadway y película musical de Hollywood. El Gershwin de la danza. Aunque dotado para alcanzar sus ambiciones, la época no le acompañaba. Lo normal es que el proyecto de esta película se hubiese quedado olvidado en un cajón, sin más, pero su propuesta coincidió en el tiempo con unas restricciones impuestas por el gobierno de Gran Bretaña sobre las divisas extranjeras. La MGM se encontró con que, los millones de dólares que tenía en los bancos en Gran Bretaña, no podía repatriarlos pero sí gastárselos en ese país con total libertad. En este contexto, los ejecutivos de la MGM validaron a finales de 1951 el delirio de Kelly de irse a Europa durante año y medio para rodar su película.

Kelly tiró de chequera en dólares, contrató a dos grandes bailarines rusos –Tamara Toumanova e Igor Youskevitch– y a una bailarina francesa –Claude Bessy–, y se los llevó a todos a un estudio cerca de Londres para grabar los dos primeros segementos de su proyecto, Circus y Ring Around the Rosy. Pero, ni el proyecto estaba maduro, ni Kelly sabía cómo dirigirlo, ni Londres contaba con la poderosa industria de Hollywood –ni mucho menos la engrasada Freed Unit–, ni los bailarines de ballet se adaptaban a los esquemas del rodaje de una película. Cuando finalizó el rodaje de los dos primeros números, Kelly regresó a Estados Unidos para rodar y ensamblar, junto a un equipo de los dibujantes Hanna&Barbera, el tercer segmento de la película, Sinbad the Sailor.

La película quedó finalizada en 1952. Cuando los ejecutivos de la MGM vieron el resultado se olieron lo peor: aquello era infumable, perderían todo el dinero invertido. Así que, metieron la película en la nevera y rezaron para que, pasados unos años, los gustos del público hubiesen mutado o al menos cambiado lo suficiente para que se quedaran a ver la película hasta el final.

En 1956, cuatro años después, los estudios deciden finalmente estrenar la película. Es posible que su decisión estuviera influida por los estrenos previos y exitosos de dos musicales –Oklahoma! (Zinnemann, 1955) y Carousel (King, 1956)– que incluían largas secuencias de ballet. Aunque había una diferencia fundamental; las dos obras de Rodgers&Hammerstein venían precedidas de un enorme éxito sobre los escenarios, habían sido rodadas con la mejor, más cara y más moderna tecnología y publicitadas con los grandes medios de las superproducciones. Invitation to the Dance fue un fracaso desde su estreno y se confirmarían los peores pronósticos. Ninguno de los tres segmentos se librará de las malas opiniones de crítica y público, acarreando perdidas millonarias para la MGM. Como nota curiosa, el Festival de Berlín de aquel año, acaso porque entendiera que la película trataba con admiración y respeto a la danza clásica europea, echó un capote a Kelly y le concedió a la película un sorpresivo e inmerecido Oso de Oro, pero ni aun así logró remontar en taquilla y cubrir costes.

Circus es una pieza de ballet que combina mimos, acróbatas y un vestuario inspirado en la pintura de la vanguardia europea, picassiana –pero no diseñado por, sino copiado de–, rodado con mucho colorido y poco conocimiento, plagada de tópicos e interpretada con amaneramiento.

Ring Around the Rosy está construida como una parodia de película muda, recorrida por simples y feas coreografías. Tommy Rall intenta lucir su agilidad acrobática para la danza, pero el tono general lo arrastra a la parodia.

El tercer segmento, Sinbad the Sailor, el único que hoy mantiene interés, vigencia, es el resultado de fusionar imágenes reales y dibujos animados. Aunque la idea tendrá un enorme recorrido en el cine y conseguiría cuajar algunos buenos números musicales –el más cercano y popular, Jolly Holiday (Mary Poppins, Stevenson, 1964)– tampoco suponía una innovación pues el mismo Kelly había utilizado ese recurso en The King Who Couldn't Sing and Dance (Anchors Aweigh, Sidney, 1945). En esta ocasión, Kelly, vestido con el uniforme de la Navy –en el que se encuentra muy cómodo y utiliza casi como seña de identidad en la pantalla–, propone una coreografía en la que no sale de su zona de confort. El número es largo, algo más de 15 minutos. Si bien está muy logrado, contribuyen más al buen resultado la maestría de los dibujantes de Hanna&Barbera que la coreografía de Kelly. Y, lo que es peor, para llegar a disfrutar de este momento, hay que sufrir los 72 largos minutos previos de la película.

En el número hay un plano con Kelly en medio de dos gigantescos guardias árabes que recuerda la escena de Astaire entre cosacos en I Won’t Dance (Roberta, Seiter, 1935).

La película íntegra en

https://www.youtube.com/watch?v=JvGwTeJ6ssg