Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer

Estreno: 17-07-1956

Duración: 111 min.

Subgénero: Narración musical

Tramo: -


Notas de Cine Musical
  • Coreografía


High Society


(Alta sociedad)



No es que la película sea estupenda, pero sin duda es mejor que como musical. Cinematográficamente funciona, fluye, se disfruta; musicalmente su resultado es más que discreto. La presencia de Louis Armstrong siempre interesa pero, cuando la difusión de videoclips musicales ya ha estragado el gusto y en la red es posible verlo en interpretaciones más frescas e intensas, su aparición en una película aporta hoy día poco, si bien se entiende que hace sesenta años el público pagara la entrada del cine sólo por ver tocar a este genio.

Poco que decir de una película que, por momentos, parece una última carantoña de Hollywood a Grace Kelly antes de irse de princesa a vivir a su casino de chocolate, digo, su casita de chocolate. Como muestra del buen ojo comercial del productor, la película se estrenará a los tres meses de celebrarse el bodorrio. En todo caso, Grace Kelly demuestra su enorme talento interpretativo. Tratándose de un remake de The Philadelphia Story (Cukor, 1940) su papel era el más exigido –debido al listón puesto por Katharine Hepburn– pero Kelly, sin pretender remedar a la gran actriz ni su aureola de mujer independiente y brillante, explota el hecho de encontrarse en su propio ambiente vistiendo los elegantes trajes de Helen Rose o moviéndose por suntuosos salones, de forma que resuelve su interpretación de modo eficaz, veraz, llena de pequeños detalles y gestos de aire espontáneo. El reparto incluye también al elegante Louis Calhern, en el papel de Uncle Willie, en la que será su última película.

En la parte musical destaca el fluido número interpretado a dúo por Crosby y Sinatra, Well, Did You Evah!, mientras pimplan champán en el bar de la biblioteca.

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En este número destaca la letra de la canción. Crosby, tal como se aprecia en cada fotograma, se gustaba a sí mismo en exceso; pues bien, había veces que incluso se gustaba más. Cuando alcanzaba ese punto de ebullición, él mismo se delataba y empezaba a canturrear, con aire campechano y falsa modestia, como agua que hierve y desborda, en plan Ba-BaaDa-Bam-Baum-Babaa. En este número, cuando Crosby arranca con su soniquete, Sinatra le espeta: No se pase con ese toque de colega canturreando. Es este un momento muy ilustrativo de una de las convenciones singulares del género: el musical posibilita que Crosby esté interpretando el papel de C. K. Dexter Haven pero que, a la vez, todo el público sepa y acepte que en ningún momento deja de ser Bing Crosby y que está cantando con Frank Sinatra. Genial.

Resulta asimismo interesante ver actuando juntos Sinatra y a Crosby. Permite apreciar el cambio de gustos, de sensibilidades a lo largo del tiempo: veinte años después Crosby será un saco apolillado y Sinatra, el antiguo ídolo de adolescentes, será La Voz, el paradigma del crooner.

Poco más se puede reseñar como musical. Crosby interpreta el famoso True Love, pero lo mejor del número es el impresionante perfil de Grace Kelly. El baile brilla por su ausencia y, para las pocas sincronizaciones, el mismo Charles Walters se bastó y sobró para despacharlas.