The Jazz Singer está considerada como la primera película sonora y musical. Su éxito fue incuestionable, con recaudaciones que multiplicaban por diez los costes de producción, y eso considerando que en la fecha de su estreno, octubre de 1927, prácticamente no existían salas de cine preparadas para reproducir el sonido. Cuando un año más tarde se estrena The Singing Fool, la situación ha cambiado radicalmente; muchas salas ya habían sido acondicionadas y, aunque la película aún contiene escenas mudas con títulos, su impacto social será muy superior y el tema central de la película, Sonny Boy, de Lew Brown, B. G. DeSylva y Ray Henderson, batirá todos los records de ventas en discos y partituras.

La película y el personaje de Jolson son una secuela de The Jazz Singer y, por si el público albergaba alguna duda, Jolson se pasa la película repitiendo su famosa frase Wait a minute, wait a minute. Si The Jazz Singer es hoy un drama insoportable, The Singing Fool resulta un melodrama peor. Como no hay madre a la que cantar, Jolson canta y canta a su hijo; la última vez sobre un escenario –el hijo recién fallecido– con caracterización minstrel, mirada delirante y más mocos que sentimientos.

Cinematográficamente la película no tiene nada que ofrecer. Únicamente al comienzo ofrece cinco minutos de una secuencia interesante –que apunta a una realización más esmerada, pero queda en espejismo–, cuando un camarero busca al dueño del cabaret y, cámara al hombro, sigue y recorre y recoge con mirada crítica, voyeur y subjetiva breves cuadros del público y de los trabajadores del local. El resto, y quitando una esmerada fotografía en los planos sueltos, avanza más pendiente de la integración de imagen y sonido de pizarra que de la cámara.

En la concepción de este primitivo musical, más que buscar el ensueño a través de la música se busca describir con realismo el mundo del espectáculo musical tras las bambalinas y descubrírselo a los espectadores. Este planteamiento se ofrece desde el primer número It All Depends on You, en el minuto 13 –cuando Jolson saca una partitura y la canta acompañado de un pianista al que da someras instrucciones–, al último, minuto 92, cuando antes de salir al escenario la cámara recoge íntegramente el proceso de caracterización de Jolson como cantor negro.

El resto de los temas, todos interpretados por Jolson –I'm Sittin' on Top of the World, There's a Rainbow 'Round My Shoulder, o Keep Smiling at Trouble– se suceden similares, cimentando aún más si cabe la popularidad del cantante y su entonces admirada voz.

La película íntegra en