Productora/Distribuidora:
Paramount Pictures
Estreno: 13-02-1957
Duración: 103 min.
Subgénero: Narración musical
Tramo: C
Funny Face
(Una cara con ángel)
Los musicales, por su enorme número de piezas dispares, son los más complejos relojes: todo ha de encajar; si falta un elemento o no encaja exactamente, la obra va a destiempo. Y, las piezas han de ser contemporáneas, frescas, o se corre el riesgo de no entenderlas y no saber cómo manejarlas. En 1957 la trama y los mimbres de Funny Face resultaban antiguos pero, los veteranos relojeros que lo montaron conocían al dedillo las piezas. El lenguaje les era propio. Así, y pesar de algún momento fallido, supieron rodar la obra de forma que tuviese la frescura y la intensidad de un musical clásico. Más concretamente: a pesar de tratarse de una producción de la Paramount, supieron proporcionar todo el sabor de un musical clásico de la MGM.
Revisando la nómina del equipo artístico y técnico se explican muchos de los aciertos de esta obra. Como productor estaba Roger Edens. Edens era un compositor procedente de Broadway que se había unido muy pronto a la Freed Unit y participado, como productor asociado, en musicales claves como Meet Me in St. Louis (Minnelli, 1944), The Harvey Girls (Sidney, 1946), Easter Parade (Walters, 1948), Singin in the Rain (Kelly-Donen, 1952) o The Band Wagon (Minnelli, 1953). La MGM le autorizó a realizar este proyecto con la Paramount y Edens se llevó consigo algunos profesionales puntales en la Freed Unit lo que suponía que, además de talento, tenían algo igual de relevante a la hora de rodar un musical: experiencia previa trabajando juntos. Eran Stanley Donen como realizador, Eugene Loring como coreógrafo, Ray June como director de fotografía y Conrad Salinger en la orquestación.
Los veteranos del género conocían por experiencia que, la mejor innovación en un musical consistía en remezclar, ajustar y ensamblar con acierto componentes muy probados. Así, la película coge la trama de un musical de Broadway, Wedding Bells, y el título y canciones de otro musical, Funny Face, compuesto por los Gershwin. En el reparto, una pareja genial, Fred Astaire y Kay Thompson, y Audrey Hepburn, que en esta ocasión no canta doblada.
La película se desarrolla sobre convenciones del género: comedia romántica, moda, París, burla de nuevas modas europeas… y, como procede, una trama tonta y fantasiosa. Una empleada, feúcha pero con encanto, de una librería intelectualoide de Nueva York recibe una oferta para trabajar como modelo de alta costura en París donde, a la par que se transforma en exitosa top model, se enamora del fotógrafo.
Para desarrollar la trama, la película explota una de las grandes virtudes del género: su ilimitada capacidad para integrar al resto de las artes, en este caso la fotografía y la moda, con resultado brillante. Los papeles protagonistas estaban basados en dos personajes reales, el fotógrafo Richard Avedon y la editora de moda Diana Vreeland. Para mayor verismo, Avedon colabora en la película aportando soberbias fotografías, utilizadas de fondo para los títulos de crédito y como ilustraciones de las sesiones de fotografía para una revista de moda. En cuanto a los vestidos mostrados, se utilizarán diseños de Edith Head y de Givenchy.
El primer número, Think Pink!, escrita exprofeso para la película, con letra del guionista, Gershe, y música del propio Edens. El número está sostenido por la energía que irradia Kay Thompson y las sinergias entre cine, música, fotografía, moda, publicidad, diseño y coreografía.
https://www.youtube.com/watch?v=KX6TaA6IRkkEl siguiente número reseñable es Funny Face –entre medias Audry Hepburn interpreta How Long Has This Been Going On?, con floja y bobalicona dramatización–, con Astaire y Hepburn dentro del cuarto de revelado, iluminados únicamente por la íntima y turbadora luz roja. En este número Astaire transiciona magistralmente, sin solución de continuidad, de la palabra a la canción, de gesto a danza. La coreografía no es memorable pero el número es puro cine musical: música y danza trascienden en el relato: es irrelevante, anecdótico que se cante o se baile, lo que se revela es la complicidad, la confianza que surge entre dos personas y sobre la cual se ausentan, se apropian del tiempo y se apropian del espacio integran en su complicidad todos los objetos a su alcance.
https://www.youtube.com/watch?v=9xo1onGh3usSi París había sido siempre un espacio de resonancias mágicas para los musicales de Hollywood, en la década de 1950, con los rodajes en exteriores, la magia se hacía carne. En el número Bonjour, Paris!, escrita también por Edens y Gershe, se concreta la mejor y más enérgica declaración de amor hacia esta ciudad.
¡Tiene que ser ilegal lo que siento!
La vida es fácil, la vida es intensa
Los americanos deberían venir a morir aquí.
¿Es real?¿Estoy aquí?
El número está interpretado por Astaire, Thompson y Hepburn. Aunque como número musical es muy básico e incluye un discreto pero largo carrusel de imágenes promocionales de París, basta ver los primeros rápidos pasos de Astaire caminando delante del Arco de Triunfo o los brazos abrazando el aire de la ciudad de Thompson para entender la idea de respirar la felicidad. Hepburn acompaña el número con su elegancia y su tierna sonrisa, aunque su voz empasta mal con los exteriores.
https://www.youtube.com/watch?v=AMyNkHIlaCc
La secuencia de Basal Metabolism, o Bohemian Dance se burla del mundo bohemio y existencialista francés e ilustra, con una suerte de danza moderna que interpreta Hepburn ante un Astaire horrorizado, el abismo abierto entre la concepción del baile anterior y posterior a la Segunda Guerra Mundial.
— ¿No te das cuenta de que bailar es sólo un modo de
expresarse o de liberarse? No hace falta etiqueta.
Paradójicamente la imagen de Hepburn en este número, con su tono de parodia, ataviada con un sencillo jersey y pantalón negro, zapato plano y calcetines blancos, se convertirá en un icono de modernidad.
El siguiente número, Let's Kiss and Make Up, cantado y bailado en solitario por Astaire, aplastado y empequeñecido por una aparatosa gabardina blanca –disculpa para, con su forro rojo, incluir en la coreografía unos inopinados y envejecidos pases de muleta, remedando a un torero– resultará uno de los pocos números en solitario decepcionantes de su carrera.
En la segunda parte de la película Audry Hepburn brillará más, gracias a las sesiones de fotografía de Astaire / Avedon y el acertado montaje de las mismas.
El resto de los números musicales son correctos pero no redondos. He Loves and She Loves, resulta más interesante como tema musical que como como danza, como si el rodaje en exteriores fuese un freno para terminar de aprehender el ensueño. On How to Be Lovely, se disfruta por disfrutar de Thompson. El mejor número de esta segunda parte, aunque ajeno a la trama, metido a calzador e interpretado como si fuese un escenario, es Clap Yo' Hands, un alegre tema de los Gershwin extraído del musical Oh, Kay!, interpretado por el sensacional Astaire y la elegantísima fuerza de Thompson. El brioso número aprovecha para reírse de las elucubraciones de los pensadores franceses, pues no tienen otro fin que seducir a las jóvenes. Aunque abre un nuevo conflicto con lo todo lo que ataca a lo estadounidense, mantiene cerrado el viejo conflicto con la música clásica europea y en la banda sonora se incluyen pasajes de la Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven.
https://www.youtube.com/watch?v=OEzCcQmtkKALa película acaba con un número regular que recuerda al He Loves and She Loves: mismo escenario, olvidable coreografía y una gran melodía de Gershwin: 'S Wonderful.