Buena película, buena comedia, buen guion, actuaciones, cámara e iluminación y, sobre todo, una renovadora aproximación al musical. Las canciones y secuencias de baile son pocas, casi marginales, y tan subordinadas a la trama que es la propia trama la que las interrumpe y no al revés. Cole Porter con las canciones y Jack Cole en las coreografías realizan un trabajo correcto. La labor de Jack Cole, gran coreógrafo de estrellas, seguramente se vio aquí muy mejorada por su ayudante Alex Romero.

Como musical, su valor es, en cualquier caso, el nostálgico: este es el último musical que Kelly rueda para la MGM, lo que prácticamente supone decir su último musical. Kelly, a pesar de haber entregado entre 1949 y 1952, cuatro enormes obras –On the Town, Summer Stock, An American in Paris y Singin' in the Rain– había perdido la confianza del estudio y ambas partes buscaban terminar cuanto antes su relación. Se nota su desgana y la rutina más importante de Kelly, Gone About that Gal, tampoco resulta memorable. No es que el baile no responda a un ensueño, es que no contiene sentimiento y Kelly ni siquiera parece enamorado. En este número Kelly aparece acompañado por Mitzi Gaynor, que interpreta el papel de norteamericana, concienzuda profesional y modosa, el perfil adecuado para la mujer que se ha de casar con el protagonista.

Mitzi Gaynor se llevó los elogios de la crítica norteamericana frente a sus compañeras de reparto, Kay Kendall, que interpreta el papel de desnortada inglesa borracha, y Taina Elg, en el papel de francesa femme fatale. De paso que se enaltece la mujer norteamericana, se parodia con los tópicos a las inglesas y francesas. Dado que alguna secuencia transcurre en Granada, aparecen también en pantalla mujeres española, retratadas como raciales gitanas bailando flamenco sobre un escenario.

La interpretación más completa y convincente es la de Kay Kendall, conmovedora actriz, casada ese mismo año con Rex Harrison, por entonces triunfador en el teatro con My Fair Lady y su papel de Dr Higgins. A Kendall le diagnosticarían una enfermedad –horrible, incluso para escribirla– y morirá poco después. El dúo que interpreta con Kelly, You're Just Too Too no resulta antológico pero es puro musical y, la pareja, pura química. La utilización de cualquier elemento al alcance de la mano recuerda al Kelly más clásico pero, los movimientos a lo largo de las habitaciones de la casa y la forma de cantar, es tremendamente innovadora y preludia a muchos musicales de la década de 1960.