Productora/Distribuidora:
Columbia Pictures
Estreno: 18-09-1968
Duración: 149 min.
Subgénero: Biopic
Tramo: -
Funny Girl
(Una chica divertida)
Funny Girl es una superproducción que narra la vida de la cantante cómica Fanny Brice y dura 149 largos minutos. Un serio problema si se considera que la segunda mitad de la obra resulta totalmente innecesaria desde el punto de vista musical y, desde un punto de vista dramático, sólo puede interesar a los que quieran conocer la biografía del esposo de Fanny Brice, interpretado por un acartonado Omar Shariff, o sean adoradores de Streisand, tanto como lo es ella de sí misma.
La película y el equipo obtuvieron toneladas de reconocimientos y de dólares, lo que no aligera el plúmbeo resultado. La primera parte de la obra es rica, con un lenguaje visual elaborado y un contenido interesante mostrando no sólo los inicios de Brice, también lo que podría ser un nuevo capítulo sobre la vida de Ziegfeld tras The Great Ziegfeld (Leonard, 1936), Ziegfeld Girl (Leonard, 1941) y Ziegfeld Follies (Minnelli, 1945). Barbra Streisand aporta su gran vis cómica y explota su voz torrencial y de amplio registro en un par de buenos números. El primero Rollerskate Rag, seguido de I'd Rather Be Blue Over You (Than Happy With Somebody Else).
https://www.youtube.com/watch?v=k4pYENXT9EkEl segundo, el divertido His Love Makes Me Beautiful, muy conseguido también como recreación historicista de los grandes espectáculos musicales de Broadway.
https://www.youtube.com/watch?v=rIaHWp5DlFYA partir de aquí, se interrumpe el ritmo, la historia y el tono coral, quedando como único objetivo erigir una alta torre para proclamar la insaciable vanidad de Streisand, lo que incluye varios videoclips (People y My Man), un desproporcionado número de primeros planos de su rostro perfectamente iluminado y extenuantes diálogos entre Streisand y Shariff, llenos de lugares comunes que no ayudan a entender el desarrollo vital de la artista. También se despliega un magnífico vestuario de la época, diseñado por Irene Sharaff.
La coreografía de Herbert Ross, plegado a la época, a la biografía de Brice y al ego de Streisand, se pliega a demasiadas cosas y aporta lo que aportan los grandes medios con los que cuenta para recrear, sin duda edulcorando, los espectáculos de la época.