Productora/Distribuidora:
Chenault Productions / 20th Century Fox
Estreno: 16-12-1969
Duración: 148 min.
Subgénero: Ópera cínema
Tramo: -
Hello, Dolly!
(Hello, Dolly!)
Hello, Dolly!, con texto de Michael Stewart y música y letra de Jerry Herman, fue estrenado en Broadway en 1964. La obra es el paradigma del musical incombustible a pesar del paso de los años y hoy día sigue habiendo reposiciones. Jerry Herman fue uno de los indiscutibles reyes del género en Broadway y se convertiría en el primer compositor en lograr que tres de sus obras –Hello, Dolly!, La Cage aux Folles y Mame, está última llevada al cine por Gene Saks en 1974– superasen las 1.500 representaciones.
Con el objetivo de promocionar el musical, en diciembre de 1963, un mes antes del estreno en Broadway, se grabó para su difusión previa una canción del repertorio. El tema era Hello, Dolly! y el intérprete Louis Armstrong. El impacto de su versión sería superior al del musical. Armstrong, leyenda viviente del jazz, que se había quedado arrinconado tras las sucesivas revoluciones del rock y del pop, se encontró de casualidad con un tema que se convertirá en el single más famoso de toda su carrera y que conseguirá superar durante semanas a los mismísimos The Beatles en las listas de éxitos. Con esta tarjeta de visita, el público llenará todas las funciones del musical.
La fama del musical se convertirá en fiasco al ser traslado al cine. Para empezar, el título de la película debería haber sido Hello, Dolly! A.M.G.B.S., esto es, A Mayor Gloria de Barbra Streisand, que una vez más muestra por igual su enorme talento vocal y su insondable vanidad. El fracaso de la obra resulta aún más patente por su coste disparatado, con un rodaje que transpira derroche de dólares en cada fotograma sin que suponga una aportación relevante para la obra, como en el desfile por la avenida. Planificada como si fuera el delirio de un nuevo rico, la producción cuenta con Gene Kelly en la realización, Michael Kidd en la coreografía e Irene Sharaff en el vestuario. Acompañando a Streisand, el gran Walter Matthau. Las crónicas cuentan que fue un rodaje envenenado, con una constante bronca de todos contra todos. Kelly y Kidd serán sin duda los más salpicados por el mal resultado y nunca más volverán a hablarse.
Las escenas resultan penosamente teatrales, se pretende colar aspavientos por alegría y las interpretaciones carecen de emoción. La trama avanza sobre el romance de tres parejas, pero ninguno de los actores trata de aparentar enamoramiento. ¿Cómo se va entender, entonces, que alguno tenga necesidad de expresarse cantando? Streisand, redicha, sobreactúa y, cada vez que canta, canta pensando en los ingenieros de la discográfica y no en las necesidades dramáticas de la escena, interrumpiendo en cada ocasión el ritmo de la película. Las coreografías son más rígidas y atléticas que armoniosas y sugestivas. Para mayor tristeza, la película trata de mantenerse a flote vampirizando el mito y la gloria de Louis Armstrong, que aparece brevemente al final de la película, en un cameo que no deja de suponer un penoso ridículo de este gran genio como comparsa de tal desaguisado.
https://www.youtube.com/watch?v=hWdv5MQNImo