Productora/Distribuidora:
Columbia Pictures
Estreno: 17-03-1973
Duración: 150 min.
Subgénero: Ópera cínema
Tramo: -
Lost Horizon
(Horizontes perdidos)
Viendo está película se produce la paradójica e incómoda sensación de no dar crédito a lo que se está viendo. Más allá de que esté incluida, con todo merecimiento, en las antologías de películas estrepitosamente malas –The Fifty Worst Films of All Time, The 100 Most Enjoyably Bad Movies Ever Made…–, la obra está impregnada de supremacismo, infantilismo y fatuidad.
Aunque no resulta posible que una única persona tenga el talento para construir tanta miseria visual y musical, el primer responsable del desaguisado habría que buscarlo en Ross Hunter, clásico productor judío de comedias, melodramas –Imitation of Life (Sirk, 1959)– y un par de musicales –Flower Drum Song (Koster, 1961); Thoroughly Modern Millie (Roy, 1967)– en su haber. Hunter había logrado sonados éxitos de taquilla, como Airport (Seaton, 1970), primera película de una serie de interminables secuelas que, con 10 millones de presupuesto, recaudó más de 100.
Ross Hunter conocía sin duda el negocio y, en teoría, sentó las bases para el éxito de la obra. Para eludir experimentos, la trama es un remake de la película homónima rodada por Capra en 1937. Como compositores, Hunter contrató un tándem de enorme tirón popular por aquellas fechas, Burt Bacharach y Hal David; y a Larry Kramer como guionista, todos ellos también de ascendencia judía, en la mejor tradición del musical clásico. En cuanto a las coreografías contrató a un gran clásico del género, Hermes Pan.
Para los papeles protagonistas, Hunter realizó una calculada y sopesada combinación. Hay sólidos actores veteranos (Peter Finch, Liv Ullmann), populares (George Kennedy), de gran fuerza y presencia dramática (John Gielgud), viejas glorias del cine (Charles Boyer), famosos del género musical (Bobby Van) y estrellas emergentes (Michael York, Sally Kellerman). De estos, únicamente Bobby Van y Sally Kellerman interpretan sus canciones, estando doblados Peter Finch y Liv Ullmann por Jerry Whitman y Diana Lee respectivamente. Grandes nombres, pero en el fondo ningún proyecto.
La película es pretenciosa, risible, de fatuidad insondable. Destacan sobremanera los pavorosos números musicales con espeluznantes canciones, amanerada escenografía e interpretaciones abominables. Público y crítica fue unánime en celebrar la obra como la apoteosis del bodrio, seguramente el peor musical de todos los tiempos. Todo devino pulga: terribles pérdidas financieras, agrias demandas judiciales y enemistades eternas. Será el último trabajo de Hermes Pan en Hollywood. Y, el exitoso equipo de compositores Bacharach-David, romperá su colaboración tras esta pifia, dejando incluso de hablarse.
Entre los números musicales, únicamente en aquellos en los que actúa Bobby Van, como Question Me an Answer, se aprecia, aunque carezcan de sustancia, la labor de un actor del mundo del espectáculo, si bien cuenta a su favor el coprotagonismo de un coro niños, un elemento que otorga enorme flexibilidad a los números y contemporización a las valoraciones.
https://www.youtube.com/watch?v=Hfs62HWRjyASin embargo, los números interpretados por los insípidos Peter Finch y Liv Ullmann –I Might Frighten Her Away, If I Could Go Back o Where Knowledge Ends (Faith Begins)– son abrumadoramente malos. Y, aquellos en los que aparece Sally Kellerman, como The Things I Will Not Miss o Reflections, alcanzan cotas que obligan al espectador a encogerse para soportar la tunda de vergüenza ajena. Son tan malos que no dejan indiferente; en realidad, en escala negativa, no dejan de ser una culminación del género.
https://www.youtube.com/watch?v=t0PZ1ovDepELa película íntegra en
https://www.youtube.com/watch?v=ep-MDwjnehg