Productora/Distribuidora:
Universal Pictures
Estreno: 15-08-1973
Duración: 106 min.
Subgénero: Ópera cínema
Tramo: D
Jesus Christ Superstar
(Jesucristo Superstar)
En Septiembre de 1970 se publicaba en Inglaterra un disco con canciones en las que se dramatizaban los últimos días de la vida de Jesucristo. La obra, 87 minutos de rock progresivo articulados como una ópera –un concept álbum– había sido compuesta por el músico Andrew Lloyd Webber y el letrista Tim Rice. El éxito del disco, y la controversia originada sobre el tratamiento de los personajes, llevará la obra en volandas, primero a ser adaptada para su representación como musical en Broadway en 1971, y posteriormente al cine, en 1973.
El musical era el tercer trabajo del tándem Webber y Rice. Como equipo, en el futuro volverán a disfrutar de otro éxito de taquilla con el musical Evita (1976). En cuanto a Andrew Lloyd Webber, se convertirá desde entonces, y durante las tres próximas décadas, en el compositor de referencia del teatro musical y ganará todos los premios posibles gracias a obras como Cats (1981) o The Phantom of the Opera (1986), muchas de ellas también llevadas al cine y en cartel durante décadas en el West End y Broadway.
Jesus Christ Superstar llegaba precedida de polémica. Grupos cristianos la habían tachado de blasfema y, judíos, de antisemita. Algunos países la prohibieron por ir contra la religión y, otros, por hacer propaganda religiosa. Una promoción inmejorable. Desde un punto de vista cinematográfico, la película no pecaba de sacrílega pero sí de pretendida modernidad. Hoy es más palpable su factura irregular, malamente envejecida con sus zooms, cámaras lentas e imágenes congeladas; con una interesante austeridad en los decorados pero mayor austeridad aún en el talento para mover cámaras y personajes en esos espacios desnudos, lo que termina por generar imágenes repetitivas y cansinas.
Aunque genera un poco de barullo el resumen y el intento de no irritar sensibilidades religiosas, la relectura hippy, feminista y multirracial será uno de los grandes aciertos de la obra. Al tratarse de un argumento tan conocido, la trama, claro, se sigue sin problemas. Muy conseguido asimismo el forzado anacronismo en los elementos de atrezo, con gran fuerza visual y metafórica, y en los contenidos narrativos.
Como musical, la obra bebe más de la ópera que del musical clásico y, como ópera rock, su banda sonora es impactante por la textura de las voces: tenores, mezzosopranos, bajos, barítonos e incluso un contratenor. Las letras de las canciones son enjundiosas y completas, como guion, como desarrollo de la trama y como construcción de personajes. El papel más incisivo, moderno, trabajado, y la mayor fuente de polémica, es el Judas, que en la obra es presentado como un activista político lúcido, comprometido y pragmático, pero también devorado por las dudas entre su ansía de justicia social y las promesas del críptico Jesús. El papel está interpretado por el mejor y más completo de los actores, Carl Anderson, soberbio y a gran distancia del resto, tanto en la parte musical como en la dramática. El personaje de Judas es presentado en el primer número, Heaven on Their Minds.
https://www.youtube.com/watch?v=g-voeq7CeboEl papel de Jesucristo lo interpreta Ted Neeley, sin especial presencia como actor y con la presión de tener que superar con su voz las buenas críticas que había cosechado Ian Gillan, cantante de Deep Purple, en la versión original del álbum de 1970. Uno de los temas más conseguidos de Neely es Gethsemane; número singularmente culto tratándose de una película musical, con intercalación de imágenes de cuadros de crucifixiones pintadas por maestros clásicos de la pintura.
https://www.youtube.com/watch?v=X_mJgVwQ3Qw
La mayoría de los números se mueven en un anacronismo calculado y alcanza su culmen en el número que da título a la obra, y también el más promocionado, Jesus Christ Superstar. Está protagonizado por Carl Anderson, provocadoramente situado en un escenario con los atributos del cielo cristiano –que Judas no fue al infierno, vaya– vestido íntegramente de blanco, descendiendo de lo alto con la ayuda de una grúa y cantando acompañado por un coro de exuberantes chicas negras con alas y pelucas blancas. La letra de este número es el mejor compendio de la fina línea entre fe e irónica racionalidad por la que se mueve toda la obra.
Por qué has dejado que las cosas llegaran a este punto,
te habría ido mejor si hubieras tenido un plan.
¿Por qué has elegido esta época
y una tierra tan extraña?
Si hubieras venido hoy nos habrías iluminado a todos,
Israel antaño no tenía medios de comunicación de masas.
En general, los números mantienen una rigidez teatral y transcurren de forma irregular aunque, dado el vergonzante resultado –planos, montaje– de alguno de ellos, como King Herod's Song, que parte de una melodía muy agradable, con correctos actores y buen decorado, todo apunta a la mala realización de Jewison como la causa principal del desacierto generalizado.
La película íntegra en
https://www.youtube.com/watch?v=TQWyHTk2rfs