Productora/Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer / United Artists
Estreno: 11-12-1981
Duración: 108 min.
Subgénero: Narración musical
Tramo: -
Pennies from Heaven
(Dinero caído del cielo)
Drama musical basado en una serie de la BBC para la televisión. Para la versión cinematográfica, la trama se resitúa en 1934 en los EEUU, bajo la amarga sombra de desamparo subsiguiente a la Gran Depresión de 1929. El argumento gira en torno a la capacidad terapéutica del cine musical, ayudando a los espectadores a evadirse de la realidad. La película va encadenando sórdidas y explícitas escenas sobre la miseria de los personajes alternadas –al inicio; superpuestas, después– con sus delirantes fantasías en formato de cine musical, llenas de colorido y espumillón. La obra falla por su mensaje obvio, recargado, redundante y con los personajes remachando en sus diálogos de manera explícita lo que ya se ha visto en la pantalla.
— Quiero vivir en un mundo donde las canciones se hagan realidad.
Por si algún espectador no acaba de percatarse de la soledad que atenaza los protagonistas –o por revestir a la película de un toque culto e intelectual–, se incluyen a modo de tableaux vivants dos obras de Edward Hopper, New York Movie y Nighthawks.
Y, ya de paso, para sustentar la ambientación de la época, se recrean otros dos de Reginald Marsh, Hudson Bay Fur Company y 20 Cent Movie.
Por si a mitad de la película algún espectador aún no se ha percatado de que los protagonistas proyectan sus sueños, sus vidas idealizadas, en las películas musicales, se incluyen algunos planos del número Let's Face the Music and Dance (Follow the Fleet, Sandrich, 1936), con Fred Astaire y Ginger Rogers, lo que ofrece la posibilidad de que los protagonistas remeden el baile de sus ídolos bailando delante de la pantalla del cine. Astaire siempre renegará del uso de la secuencia en esta película.
A lo largo de la obra los personajes con papeles fuertes se solazan entre los escombros de su falsa moralidad con traiciones y mentiras mientras que los frágiles se despeñan empujados por un guion con tendencia al melodrama que transforma al tímido músico callejero en asesino violador y a la candorosa maestra de escuela rural en cínica prostituta urbana.
La falta de sutileza del guion, los fantasiosos playbacks, el gratuito ahondamiento del guion en la vida perra de los personajes, la labor pretenciosa y agarrotada del director y una progresión cansina de la trama acaba resultando que, la friolera cifra de 22 millones de presupuesto de esta película, sea dilapidada por Herbert Ross con este nuevo fracaso.
En la parte musical, los números se suceden en interminable y gratuito popurrí de canciones de la época (Pennies from Heaven, The Clouds Will Soon Roll By, I'll Never Have to Dream Again, Yes, Yes!, Did You Ever See a Dream Walking?, It's the Girl, Love Is Good for Anything That Ails You, Let's Put Out the Lights and Go to Sleep, It's a Sin to Tell a Lie,…). En lo que respecta a la danza, unos esforzados actores no especialistas ejecutan números de revista.
Lo mejor de la película es la sentida interpretación dramática de Bernadette Peters, con una dicción contenida, emocionante e hiriente; así como también el baile que ejecuta Christopher Walken en Let's Misbehave, un nuevo ejemplo de la infinita versatilidad y profesionalidad de los actores norteamericanos.
https://www.youtube.com/watch?v=54iR0xFkEfQ