Waters había construido su currículo a base de películas bufas e irreverentes –Mondo Trasho (1969), Multiple Maniacs (1970) o Pink Flamingos (1972)– rodadas junto a su grupo de excéntricos amigos –como Harris Milstead, famosa drag queen más conocida como Divine–, que encontraron su nicho en la contracultura de las décadas 1960 y 1970 y en los circuitos nocturnos.

Dado el historial de Waters, Hairspray llamó la atención por lo blanda que resultaba aunque estuviera protagonizada igualmente por personajes estrafalarios y su trama desarrollara la clásica segregación racial y la moderna segregación estética, simbolizada esta por una protagonista con 50 kilos de sobrepeso.

Waters montó la película incorporando a sus amigos en el reparto –Divine, Deborah Harris… – ambientándola a primeros de la década de 1960. El baile es una mezcla heterogénea de estilos: sosas coreografías de gimnasia sueca, estilos cercanos al twist y bailes de descarnada sexualidad, en ningún momento relacionados con la trama. A pesar de las canciones y el baile, no se trata propiamente de un musical y la propia dispersión de estilos es un indicador de que son sólo un elemento de ambientación.

Toda la música proviene de tocadiscos excepto Nothing Takes the Place of You, el gran éxito de Toussaint McCall –lo que supone una claro anacronismo, porque la película tiene lugar en 1962 y esta canción no se publicó hasta 1967–, interpretada por él mismo sobre un escenario. El resto de los más de 20 temas pertenecen a solistas y grupos de la época, encabezados por Chubby Checker, con cinco temas, y Dee Dee Sharp, The Five Du-Tones, The Ikettes, The Bracelettes, The Dovells…

Algunos de los números más representativos, The Madison Time.

El tema The Bird, interpretado por The Du-Tones

Y I'm Blue (The Gong-Gong Song), interpretado por The Ikettes

Lo más relevante de esta película es que realizaría el camino inverso al habitual, siendo adaptada de la pantalla a los escenarios y estrenada en Broadway en 2002.