Treinta años después del primer asalto al legado musical de The Beatles –Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, Schultz, 1978– la industria cinematográfica volvía a la carga con Across the Universe buscando de nuevo cómo ordeñarlo. La aproximación es similar a la de entonces. Se vuelve a construir una trama a partir del cancionero del grupo –una juke box reconstruida como ópera pop– y de nuevo se asignan a muchos personajes de la obra nombres extraídos de las canciones del grupo. Si en la película de 1978 aparecían Billy Shears, Strawberry, Mr. Mustard, Lucy y Mr. Kite, ahora los personajes son Jude, Lucy, Sadie, Max, Jojo o Prudence, triquiñuela que sirve para que, por ejemplo, Prudence se encierre contrariada en una alacena y el resto de la panda le canta desde fuera Dear Prudence, won't you come out to play para que, venga, va, Prudence, todos te queremos mucho, que no te dé el bajón, sal porfa.

Si había la posibilidad de empeorar algo en este nuevo intento, se empeoró. Así, lo más irritante para el aficionado es tener que admitir que, el ripioso intento de Sgt. Pepper's había sido, a su modo, tremendamente respetuoso: Across the Universe mancilla sin paliativos la música de The Beatles y las letras líricas, abstractas, gloriosas quedan encajonadas en una trama vulgar, construida a base de lugares comunes y narrada con lenguaje de videoclip.

Por otra parte, el legado de The Beatles, como el de la mayoría de los grupos pop, no sólo no se reduce a música y letra; las más de las veces depende de la magia de sus voces. En el haber de la película está haber grabado las canciones en el momento del rodaje, lo que podía haber derivado en mayor emoción dramática, en mayor intensidad, pero sólo afloras interpretaciones de academia y afectación. En general, la labor de los actores más que blanda es reblandecida y el conjunto de la obra confuso y pringoso, un totum revolutum. Pero ni siquiera se trata de un digno puré para adultos sino de una papilla infantil. Un elocuente signo de la indigencia intelectual y creativa de esta época.

Dado que la producción de este jukebox es una colaboración británico-estadounidense y la trama está ubicada en USA, algunos momentos icónicos de la biografía musical de The Beatles y de la historia de la música pop, concretamente el concierto emitido por televisión vía satélite en 1967 y el concierto en la azotea del edificio de la Apple Corps en 1969, se instrumentalizan y se hacen converger en un único número en el que se interpreta All You Need is Love cantado en una azotea de Estados Unidos. El grupo es igualmente desalojado por la policía pero, ah, este auténtico grupo juvenil insiste y, entonces, ah, señores, ah, querido público, la policía muestra su lado humano, enrollado, se da cuenta que todos, todos –tanto los personajes de la película como los espectadores sobrecogidos en sus asientos– somos guays, y permiten que el grupo siga cantando y prostituyendo los sueños perdidos de una generación.