Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Paramount Pictures

Estreno: 05-07-1935

Duración: 62 min.

Subgénero: Profesionales

Tramo: -


Notas de Cine Musical
  • Coreografía


Tango Bar


(Tango Bar)



Película reservada para incondicionales de Carlos Gardel, mito del tango, artista idolatrado. Abstenerse el resto.

A pesar de la fabulosa popularidad mundial del cantante y de rodar para un gran estudio norteamericano, Paramount, las películas de Gardel no responden a las convenciones del género. Como algunos críticos han apuntado, no se trata de musicales sino de una suerte de operetas criollas, lo que conlleva personajes, códigos y valores diferentes a los estándares de Hollywood. Por la pantalla se pasean pavoneándose tahúres, rufianes y chulos que se chantajean y amenazan con el uso de la violencia y la complicidad de policías corruptos, todo ello mezclado con emigración y atravesado de exilio, de mujeres deshonradas y de impostura social que late en la amarga melancolía de unas canciones que evocan un pasado perdido, un presente perdido y un futuro perdido: efectivamente, Tango Bar no respondía a las convenciones de los musicales al uso. Como resumen, la película es mala y, tirando de lunfardo, puede precisarse que está fané y, por momentos, descangallada.

La Paramount había rodado cuatro películas con Gardel –Luces de Buenos Aires, Espérame, La casa es seria y Melodía de arrabal– todas en Francia, y decidió rodar una nueva película, Tango Bar, en sus estudios de New York. La película se estrenaría a los pocos días del fallecimiento de Gardel, ocurrido el 24 de junio de 1935, en un accidente aéreo en Medellín (Colombia) y, quizá por ello, será la que obtenga un mayor éxito comercial.

Cinematográficamente, la obra no puede ser más primitiva. El metraje se complementa –presumiblemente para reducir costes– con secuencias extraídas de documentales de la época, con planos concebidas para otros usos y escenas rodadas con otros ritmos, ensambladas posteriormente en la película con secos martillazos.

Los actores, sin ninguna habilidad dramática, no hablan: recitan unos; leen mal otros. Y, cuando les toca hablar, permanecen estáticos, como si el rudimentario sistema de grabación de sonido no les permitiera hablar y moverse al mismo tiempo. En cuanto a los diálogos, son un disparatado encadenamiento de frases hechas y expresiones protocolarias que rozan el teatro del absurdo y, por momentos, parecen extraídas de una obra de Ionesco.

Desde el punto de vista musical, Gardel interpreta cuatro temas, dos tangos, Por una cabeza y Arrabal amargo –lo único salvable de la película–, y dos canciones españolas, Los ojos de mi moza y Lejana tierra mía, cantadas en un barco junto a emigrantes, en las que la voz del cantante queda diluida, vacía de las texturas y el colorido que le inspiran los tangos, resultando planas e irrelevantes.

 

La película íntegra en

https://www.youtube.com/watch?v=LzTcZ1hNGUg