Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Franco London Films/Jolly Film

Estreno: 09-04-1955

Duración: 104 min.

Subgénero: Fuentes

Tramo: -


Notas de Cine Musical


French Cancan


(French Cancan)

Película historicista con un esmerado guion, cuidada fotografía, rico vestuario y una aproximación muy respetuosa –la concepción, producción y realización de la obra es francesa– hacia lo que constituye un activo cultural de Francia: el famoso café-concierto Moulin Rouge y su can-can, el espectacular baile creado sobre sus pistas.

París y el can-can se convertirían en una de las grandes fuentes de los espectáculos populares norteamericanos y en un referente recurrente de sus películas musicales. Pocos años antes se había estrenado Moulin Rouge (Huston, 1952), una producción británica centrada en la vida de Toulouse-Lautrec, con excelentes interpretaciones y magnífica fotografía, y tiempo después la 20th Century Fox haría su propia adaptación en Can-Can (Lang, 1960), teniendo a Sinatra y Shirley MacLaine como protagonistas. Esta obra, escrita y dirigida por Jean Renoir y protagonizada por Jean Gabin y Francoise Amoul, podría considerarse como la iniciativa francesa para construir su propio relato estético frente al enfoque desvirtuado y usacentrista de los estudios de Hollywood.

El cabaret Moulin Rouge, ubicado al pie de Montmartre, había sido inaugurado en octubre de 1889 por el empresario Charles Zidler y el español Josep Oller, quien abrirá poco después el primer music-hall en París, el Olympia. Será en su pista de baile donde tome forma, como una variante del quadrille, un baile explosivo y frenético, el can-can. Algunas de las bailarinas del Moulin Rouge alcanzarán una enorme popularidad y quedarán inmortalizadas gracias a los carteles de Toulouse-Lautrec. Entre las más famosas, La Goulue y Jane Avril. También algún bailarín como Chocolat y Valentin le Désossé (Valentín, el Deshuesado).

Como película musical la obra tiene una concepción antigua, más propia de la década de 1930, y la trama se reduce en muchas secuencias –por lo demás, excesivamente largas–, a un puro prolegómeno del espectáculo que se monta y ofrece al final. Para la construcción del protagonista –el empresario Danglard, una combinación de Oller y Zidler, interpretado por Jean Gabin–, Renoir parece haber tenido en mente el papel interpretado por William Powell en The Great Ziegfeld (Leonard, 1936), y nos muestra a un Danglard elegante, seductor, sagaz, generoso, apasionado en sus proyectos y con el instinto empresarial para saber qué es lo que quiere el público aunque el público ni siquiera lo sepa: quiere un local algo canalla para millonarios, aventura con comodidad, mesas de merendero con champán de marca, música popular tocada por virtuosos.

Para la parte musical la película se apoya en la actriz mexicana María Félix y en las canciones de Philippe Clay, que interpreta un papel inspirado en el mencionado Valentin le Désossé. En muchas secuencias se aprecia que el director, Jean Renoir, dispone de más recursos visuales y culturales para extraer la expresividad pictórica de finales del XIX que para recrear la música y la danza de la época. Debido a esto, mientras que como musical no ofrece ningún momento reseñable, su fotografía ofrece ambientaciones y composiciones de planos muy trabajados, con interés y sensibilidad para evocar el movimiento pictórico impresionista –en el que había destacado su padre, el pintor Pierre-Auguste Renoir– pero no las coreografías.