Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Taos Films / Arte France / Memento

Estreno: 21-05-2017

Duración: 105 min.

Subgénero: Ópera cínema

Tramo: -


Notas de Cine Musical


Jeannette, l'enfance de Jeanne d'Arc


(Jeannette, la infancia de Juana de Arco)

Jeannette es una ópera rock francesa, un musical de autor rodado sin actores profesionales. Podría decirse que al autor, Bruno Dumont, únicamente le faltó rodar en blanco y negro e incluir blasfemias sobre Alá para cumplimentar todas las casillas de desafíos comerciales que franquean el paso a algunos festivales.

Dado que las peripecias de Juana son sobradamente conocidas resulta sencillo desde un primer momento contextualizar el relato pues siempre se tiene presente hacia donde se encamina. Sin embargo no resulta nada fácil seguir el avance debido al tedio que causan las interminables parrafadas de los personajes –rumiando constantemente media docena de lugares comunes patrióticos y místicos enunciados con fraseología de la religión católica, hasta el punto de parecer una obra financiada por un delirante grupo nacionalista galo– y a la desazón que provocan las gesticulantes y amaneradas interpretaciones de los niños que actúan en la primera parte de la obra, con sus movimiento guiados en corto tal como perritos amaestrados. Dicho de otra forma, es lo más parecido que se puede ver en el cine a una representación de fin de curso en una escuela infantil, únicamente apta para los padres y abuelos de los intérpretes.

La película cuenta además con un lenguaje abrupto, moviéndose entre la nadería y la excentricidad, metida está a capón y siguiendo un antiguo recetario de transgresión de mediados del siglo XX –del tipo: inclúyase cada diez minutos una boutade, ya sea un personaje caminado como un contorsionista o un plano de sesenta segundos mostrando una mano revolviendo las guedejas de una oveja con obsesión buñuelesca– todo gastado y visto.

Desde un punto de vista musical las canciones se suceden y extiende sin ninguna emoción, restando más que aportando al conjunto dramático. La obra no utiliza la música para construir una película musical, ni siquiera transmite la impresión de que se quisiera hacer una ópera rock, sino que simplemente se encapsularon los monólogos y los pocos diálogos en música (?) para sostener –e irritar con su etiqueta– una propuesta sin fundamento. Dumont incluye –con códigos, si los hubiera, difíciles de descifrar– derivaciones hacia música heavy metal que los personajes acompañan, arrobados –¿quizá sea el éxtasis místico?–, con el reconocible agitar de cabezas y melenas que conforman las señas de identidad de las bandas.

Respecto a la danza, y aunque en los créditos aparezca el nombre de un coreógrafo, de un ayudante de coreógrafo y de cinco colaboradores, esta se reduce a brincos y pataletas al buen tun tun. Esto es, resulta marginal una coreografía que, como tal, pudiera ser susceptible de repetirse y perfeccionarse.

Dicho lo anterior, en la segunda parte de la película, con Jeannette ya adolescente e interpretada por una actriz corpórea, sensual, la obra adquiere energía y cierto vigor. La música deriva no al heavy sino hacia el rap y los movimientos se vuelven más sugerentes de forma que alguna escena sugiere un ritmo interno, una concepción de cine musical subyacente en la propuesta que, en esta ocasión fallida, el director no ha sabido plasmar.