Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
RKO Radio Pictures

Estreno: 06-09-1935

Duración: 101 min.

Subgénero: Profesionales

Tramo: B


Notas de Cine Musical


Top Hat


(Sombrero de copa)



Comedia de enredo clásica entre los clásicos del musical. La RKO, respetando la regla de oro empresarial de que, si algo funciona –esto es, si da beneficios–, no lo toques, repite los ingredientes de su fórmula mágica: Ginger&Fred como protagonistas, Sandrich en la realización, música de Irving Berlin, Dwight Taylor y Allan Scott como guionistas principales –que, si se descuidan, calcan The Gay Divorcee–, coreografías de Hermes Pan y, como secundarios, Edward Everett Horton, Eric Blore y Helen Broderick, que realizan una estupenda y fundamental labor, empujando y salpimentando la trama.

Como la película se desarrolla entre Londres y Venecia, la parte cómica se apoya en tópicos autocomplacientes con los que el público norteamericano se sentía cómodo, riéndose de los decadentes europeos frente a las sanas y modosas costumbres estadounidenses. Así, el guion empieza con gags sobre la envarada solemnidad británica, su rígido protocolo en el vestir y su uso del lenguaje para, a continuación, pasar a reírse del histrionismo latino.

La película cuenta en total con ocho números musicales, la mayoría magníficos. Destacan No Strings (I'm Fancy Free), que primero canta Astaire y posteriormente baila con un ruidoso solo de tap en la habitación de su hotel que, coincide, está situada justo encima de donde duerme Rogers. Tras haberla despertado y enfadado, Astaire intenta congraciarse con ella y retoma el número, ahora como un baile de arena, en referencia al sandman, el personaje popular de la cultura anglosajona que ayuda a conciliar el sueño espolvoreando arena mágica sobre los ojos.

https://www.youtube.com/watch?v=BelKVNu5mcM

Es asimismo magnífico el tema Isn't This a Lovely Day (to be Caught in the Rain), una rutina cómica y romántica que combina realidad y ensueño, baile de salón y tap, ejecutada por Astaire y Rogers en un quiosco de música tras haber sido sorprendidos por una tormenta en medio de un parque.

https://www.youtube.com/watch?v=dl6FLfHTC68

Con la disculpa de que el papel de Astaire es el de un profesional de la danza, la película incluye un número en un escenario teatral que evoca París y que, con los años, se convertirá en uno de los números más celebrados en la carrera de Astaire, Top Hat, White Tie and Tails. En este número ejecuta su proverbial y genial tap, pero acompasando además de forma prodigiosa el ritmo de su baile con el golpeteo de su bastón, y dialogando al mismo tiempo con el ritmo que marca al fondo del escenario una línea de coro de hombres, también de frac, sombrero de copa y bastón, a los que, al final del número, simulará disparar, imitando el estampido de los disparos con el taconeo de sus zapatos.

https://www.youtube.com/watch?v=RZOJoV6H2UM

Y, para terminar la película, Cheek to Cheek, quizá el número más popular de la pareja Astaire y Rogers y, por tanto, pieza clave del cine musical. Comienza Astaire cantándole el tema a Rogers para, a continuación, desplazarse ambos bailando. La melodía del tema es una de las más pegadizas del ciclo de películas de Astaire y Rogers, y esta versión –a diferencia de otros temas, mejorados por otros intérpretes– es la canónica. Posiblemente también sea el número en el que Rogers luce más atractiva, más allá del famoso vestido de plumas que utiliza en esta rutina y que desesperaría a Astaire porque, a cada giro, soltaba plumas y se le metían en la boca. En todo caso, atendiendo exclusivamente al baile, cuesta entender por qué este número es uno de los más celebrados, ya que resulta algo amanerado y es menos armónico, creíble y emocionante que, por ejemplo, su interpretación bailada del tema Night and Day (The Gay Divorcee, 1934).

https://www.youtube.com/watch?v=WOYzFKizikU

Puestos a rentabilizar la película, los productores buscan también repetir el éxito obtenido con La Carioca y El Continental, por lo que la película termina con el tema titulado The Piccolino, cantado por Rogers y bailado por la pareja Astaire y Rogers junto a un coro. Pero el invento de promocionar una canción en la película había llegado al máximo de vida útil y el número entero se desmorona, en completa descomposición. La canción, de tan forzada, queda desnuda y resueltamente ridícula; la coreografía del grupo, con utilización de cintas y rodada con forzados planos, resulta una mala imitación de Berkeley. No hay nada que se pueda salvar de este número que, como final de película, supone un lastre injusto para una buena comedia.