Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Metro-Goldwyn-Mayer

Estreno: 27-11-1936

Duración: 106 min.

Subgénero: Patriótica

Tramo: D


Notas de Cine Musical


Born to Dance


(Nacida para bailar)



Película del subgénero Patriótico. Hoy ya no es una buena película de cine musical pero sigue siendo una película interesante en la historia del cine musical: esquema correcto, historia y diálogos ligeros, buenas rutinas de baile –serias y cómicas–, el correspondiente número humorístico y un correcto final. Buen y correcto musical; aunque esto sea en parte la razón de su actual deterioro: todo es muy correcto y hoy aparece plana, menguada.

 

Como cine, le pesan aún los tics de cine mudo. Se aprecia especialmente en el número humorístico –interpretado por Reginald Gardiner– del policía dirigiendo un imaginario concierto de música en Central Park. Más allá de reproducir el pertinente número de variedades propio de Ziegfeld Follies, Gardiner no puede evitar la larga sombra de Chaplin. Ese regusto a alimento caducado se aprecia también en la sentimentalidad, por no decir la gestualidad, que Virginia Bruce despliega interpretando la preciosa You Got Me Under Your Skin, previamente bailada como danza de salón por las estrellas invitadas, Georges y Jalna.

Enhebrada por canciones de Cole Porter, la película avanza de forma dinámica y sencilla. Buena banda y arreglos orquestales, renovados escenarios, correctas coreografías con Eleanor Powell que está, en la tónica general, muy correcta. Al ver bailar a Powell, excelente bailarina, estrella musical de la MGM en los años previos a Freed, produce congoja que con su danza no haya generado algo de arte a partir de su tremenda técnica, su enorme talento. La crítica deplora habitualmente que el baile de Powell resulte mecánico, aunque resulta más triste el que, en el país donde hasta el actor más negado sabe sonreír con maravillosa naturalidad a la cámara, una estrella de la comedia musical no supiera hacerlo. Esta era la buena noticia; la mala, que a Powell le aconsejaran que, para soslayar el problema, abriera la boca y enseñara los dientes como si estuviera en la consulta del odontólogo.

Resultan entrañables las rutinas cómicas de Buddy Ebsen, con el encanto que desprende su indolente gesto de despreocupación. James Stewart, que actúa de galán, se marca algún baile y canta con su propia voz. ¡Maravilloso, versátil Hollywood! En España sólo Conchita Bautista y alguno más han mostrado los rudimentos de lo que en Estados Unidos es el abecé de cualquier actor.

No puede decirse hoy que la película guste, pero es sin duda paradigmática de una época. En especial, el número, Swingin’ the Jinx Away, tremenda traca final: en un plató de tamaño descomunal, grande como para rodar la batalla de Lepanto y con unas gigantes cortinas de 40 metros de largo, docenas de bailarines uniformados marcan briosamente el paso bajo enormes cañones, siguiendo el flamear de las banderas y los dientes de Eleanor.

https://www.youtube.com/watch?v=Izcnb_2TlK8