That Night in Rio contiene más sustancia geopolítica que musical o cinematográfica. Estados Unidos se encuentra en estado de guerra y orienta todos sus esfuerzos, incluyendo los diplomáticos, en la victoria. Muchos países latinoamericanos tomaron inicialmente una posición equidistante y neutral frente a los bandos contendientes, y Estados Unidos les presionaba, con poco éxito, para que declarasen la guerra a los países del Eje. Como ejemplo, Argentina, con una importante población de inmigrantes alemanes, no declararía la guerra a Alemania y a Japón hasta marzo de 1945.

Dentro del Departamento de Estado de EEUU existía la Office of the Coordinator of Inter American Affairs (OCIAA) que tenía como objetivo estratégico articular una política de acercamiento cultural a nivel continental. En la promoción de dicho acercamiento, la industria cinematográfica con su capacidad de encantamiento y sugestión desempeñaba un rol clave, por lo que se creó una división fílmica de la OCIAA que tenía como objetivo censurar todo material ofensivo para Latinoamérica, evitar la distribución de películas que dieran una visión errada de la sociedad de Estados Unidos, promover la solidaridad hemisférica, producir cortometrajes que facilitaran el entendimiento interamericano y estimular la presencia de temáticas y música latinoamericana en las producciones hollywoodenses[1]. En marzo de 1941 los estudios de Hollywood crearon con el apoyo de la OCIAA la Motion Picture Society for the Americas (MPSA), una sociedad instrumental para coordinar estos objetivos y canalizar las ayudas del Gobierno.

Los estudios, por su parte, estaban encantados siguiendo las indicaciones, y recibiendo las ayudas económicas, de la OCIAA, pues los beneficios procedentes del mercado europeo se habían desplomado y eran ellos los primeros interesados en desarrollar el ignorado mercado latinoamericano.

Como base para esta película la Fox escogió una obra de teatro estrenada en Broadway en 1934, The Red Cat; una divertida comedia de enredo que, irónicamente, estaba basada a su vez en una obra creada por dos autores alemanes.

El reparto incluía a los experimentados Alice Faye y Don Ameche, en la que sería su sexta y última colaboración. La labor de la pareja resulta desigual pues, mientras Ameche realiza un correcto papel, la presencia de Faye va poco más allá del reclamo comercial. Aunque Faye todavía participaría en algún musical de éxito, como Hello, Frisco, Hello (Humberstone, 1943) o The Gang's All Here (Berkeley, 1943), la nueva década ya había sentenciado que su presencia era un lastre y, Betty Grable, su sucesora en la Fox.

Lo que hará que esta anodina película suponga un hito en la historia del género será la participación de la arrolladora Carmen Miranda. Miranda había debutado en Hollywood con otra película de la Fox, Down Argentine Way (Cummings, 1940), en la que únicamente cantaba. En esta ocasión cantará y actuará bajo su propio nombre. Cosas de los tiempos: Carmen Miranda, tocada con un absurdo y gigantesco cesto de frutas, hablando un inglés macarrónico y exhibiendo su enorme sonrisa, se convertirá en el paradigma del exotismo y, cuatro años después, llegará a ser la mujer mejor pagada de Estados Unidos. Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial su popularidad caerá en picado. Su exagerada caracterización, santo y seña de su identidad artística, acabaría por convertirla en una caricatura de sí misma. Así, cuando acabe la contienda todo el mundo preferirá olvidar cuanto antes aquella recargada estampa usada a destajo como placebo de alegría durante el periodo bélico. Miranda fallecerá prematuramente en 1955, tras haber abusado del clásico cóctel de barbitúricos para dormir y anfetaminas para trabajar.

Carmen Miranda canta indistintamente en portugués y en inglés canciones con letras de Mack Gordon y alegres melodías de Harry Warren. Su primer tema es un dúo cantado sobre un escenario con Don Ameche, y se convertirá en uno de sus temas emblemáticos, Chica Chica Boom Chic.

Miranda cantará otro par de temas que ayudarán a consolidar su personaje –Cai Cai y I, Yi, Yi, Yi, Yi (I Like You Very Much)–, Ameche representará una pequeña historia musical –The Baron Is in Conference  y The Conference– y Alice Faye cantará un par de temas olvidables –They Met in Rio (A Midnight Serenade) y Boa Noite (Good-Night)– para rematar la parte musical.

Sin el impacto visual de Carmen Miranda, la película resulta una comedia correcta y un pobre musical.