Cartel

Notas de Cine Musical

Productora/Distribuidora:
Columbia Pictures

Estreno: 25-09-1941

Duración: 88 min.

Subgénero: Patriótica

Tramo: C


Notas de Cine Musical
  • Guion


You'll Never Get Rich


(Desde aquel beso)



Estados Unidos no entraría en guerra hasta Diciembre de ese año pero el clima prebélico animaba a los grandes estudios a alinearse con el espíritu patriótico del país y contribuir con la causa. You'll never get rich es el verso de una canción militar estadounidense, You'll never get rich / by digging a ditch / you're in the Army now! (Nunca te harás rico / cavando una trinchera, / ¡ahora estás en el ejército!), o sea, un guiño patriótico de la Columbia. Por una vez el libertinaje español a la hora de traducir títulos encuentra aquí su justificación: nadie hubiese entendido la traducción literal, Nunca serás rico, ni tampoco una adaptación del tipo Formaré junto a mis compañeros.

Astaire venía de rodar con la MGM Broadway Melody of 1940 (Taurog, 1940), junto a Eleanor Powell; y Second Chorus (Potter, 1940) en la Paramount, junto a Paulette Goddard. En su búsqueda de nuevos retos esta es su siguiente película: en la Columbia y con Rita Hayworth. La buena noticia es que la pareja volvería a rodar juntos una segunda película; la mala que –al parecer motivado por el temor de Astaire a verse de nuevo encasillado con una pareja profesional– no habrá una tercera entrega. Por eso hay que disfrutar morosamente de cada número de esta obra que empareja la genialidad y la experimentada técnica de Astaire con las enormes dotes naturales y la desbordante frescura del baile de Hayworth, la alegría de la huerta.

Rita, actriz de prodigiosa vitalidad y breve carrera musical, logra con su baile traspasar la lógica estandarización que impone cualquier industria, en este caso la cinematográfica, y transmitir, como si fuera una niña, su entusiasmo sencillo y natural, provocando al verla una experiencia única.

Respecto al resto del reparto, destaca Robert Blenchley, que se basta él solo para hacer las réplicas y propiciar las escenas cómicas más absurdas y socialmente más irreverentes. En cuanto a la parte musical, la obra se completa con las correctas canciones de Cole Porter y las excelentes coreografías de Robert Alton.

La película se disfruta desde los mismos títulos de crédito, escritos sobre las vallas publicitarias que jalonan una carretera que recorre un coche. El primer número, que llega pronto, Rehearsal Duet, se enmarca durante el ensayo de una rutina. Es magnífico y dura poco más de un minuto. Astaire realiza una interpretación genial, como suele, pero Hayworth le aporta un no sé qué que nunca nadie le había dado.

https://www.youtube.com/watch?v=6PMMDEZ6fYM

La secuencia prosigue con el ensayo general del número, planteado como una superposición de danza inspirada en música clásica y danza basada en ritmos del jazz. La idea ya había sido usada en Shall We Dance (Sandrich, 1937) y tendría secuelas, como en Holiday Inn (Sandrich, 1942). La combinación produce el efecto que, sobre todo al final del número, la música acabe entrando bajo la larga sombra de Gershwin.

El siguiente número, Shootin' the Works for Uncle Sam, cómico, moderno, tiene lugar en la estación de tren. Muy conseguido visual y cinematográficamente, ajustándose al relato, ilustrando musicalmente la transición de la vida en un teatro de variedades a la vida en el campamento militar. Para ello, combina jazz y música militar y, aunque empieza bien, termina por pesar que la música se vaya reduciendo a la charanga de un desfile de majorettes.

Los dos siguientes números son dos solo de tap de Astaire, ambos en el calabozo del cuartel. En el primero, Since I Kissed My Baby Goodbye, Astaire muestra su técnica aunque desluce el resultado por la falta de sentimiento: el baile que debería ser una manifestación de sencilla alegría, se reduce a una sucesión de pasos, brillantes pero deshilvanados: siempre parece un esbozo de baile real, no llega a transmitir la ebriedad del enamorado. March Milastaire (A-Stairable Rag) el segundo número, es más dinámico y mejor estructurado; soportado, además de por un ritmo, por un relato: Astaire nos narra por fin su enamoramiento, correspondido por Rita. Estos dos números en la cárcel ofrecen, por otra parte, su lado envejecido y políticamente incorrecto. Acaso por un realismo no buscado o porque la integración de actores blancos y negros aún era complicada, mientras en el cuartel todos los soldados son blancos, en el calabozo, qué casualidad, la mayoría son negros. La banda Delta Rhythm Boys en el primero número, y los The Four Tones, para el segundo.

 

Le sigue un número emocionante, antológico, So Near and Yet So Far. Astaire y Hayworth bailan juntos un baile de salón con ritmos latinos. Parece ser que esta era la primera vez que Astaire bailaba estos ritmos. Y resulta muy interesante pues es la primera vez en que Astaire no transmite la sensación de estar enseñando a bailar a su pareja, de hacer buena bailarina a su pareja gracias a su técnica y su personalidad, sino que los dos están descubriéndose y disfrutando mutuamente. Cuando empieza la música y, mientras espera sonriente a Astaire, Hayworth abre sus brazos y balancea cálida y sabrosamente sus caderas. Se intuye que Astaire habría tardado en desentrañar aquel movimiento. Quizá por esto no fue casualidad –y sí un hermoso reconocimiento de Astaire a través del guionista– que cuando finaliza el baile y, como una línea de su texto, Astaire –42 años, leyenda viviente– felicita a Hayworth –23 años, novata– por lo bien que ha bailado en el ensayo: Lo maravilloso de ti no te lo he enseñado yo. Ni Astaire ni nadie. El brillo de los ojos de Rita y su alegría no existía en Hollywood.

https://www.youtube.com/watch?v=4EU8miZtzNk

El número final, The Wedding Cake Walk, arranca con una buena interpretación de Martha Tilton, pero luego se debilita por la confusa coreografía, escenografía y montaje final.