Productora/Distribuidora:
20th Century Fox
Estreno: 30-04-1942
Duración: 103 min.
Subgénero: Profesionales
Tramo: -
My Gal Sal
(Mi chica favorita)
Biopic del músico Paul Dresser y la cantante Sally Elliot. Siendo una película de la Fox, con Darryl F. Zanuck como productor ejecutivo, se esperaría que los interpretes fuesen Don Ameche y Alice Faye o Betty Grable, su relevo, pero, por razones de mercadotecnia en el caso de Ameche y de agendas en el caso de Faye y Grable, los papeles recayeron en Víctor Mature y Rita Hayworth, contratada a la Columbia para la ocasión. Carole Landis, considerada como posible protagonista, poco podía ofrecer frente a la alegría de Hayworth y quedó relegada a un papel secundario durante el primer cuarto de hora.
La obra se sitúa en el Nueva York de finales del XIX –una época alegre y suficientemente alejada de aquel 1942 como para ayudar a los espectadores a evadirse durante un par de horas de las noticias bélicas– y narra el camino al éxito de Dresser, un prolífico músico que compondría más de 400 canciones en apenas 50 años de vida, y su relación con una famosa cantante, Sally Elliot, la Sal del título original, que le allanará el reconocimiento interpretando sus temas.
El guion de la obra impide la fluidez musical y en su conjunto la película avanza trabada, interrumpiéndose cada vez que se necesita encajar algunas de las canciones de Dresser.
La labor de Mature merece un premio por lo bien que imita que toca el piano, pero su interpretación dramática satura, como es habitual, independientemente de que interprete a un músico, a un apache o a un centurión romano. Sobre todo con su gesto de tate, ahora lo pillo, echando hacía atrás pelo y orejas, ampliada la frente por el conocimiento.
Musicalmente la película no despega. Un importante lastre es que, en la parte musical, tanto Mature como Hayworth están doblados, por Ben Gage y Nan Wynn respectivamente. Hay un par de números corales interpretados por un cuarteto magníficamente bien afinado, pero están tan mal integrados con el conjunto que también entorpecen el ritmo de la trama.
Como sucede con otras películas catalogadas como musicales, My Gal Sal es interesante para conocer los orígenes, los afluentes que alimentaron al género musical, pero como película musical es fallida. Y, valorándola exclusivamente como un jukebox del cancionero de Dresser, tampoco es interesante. Se supone que sus temas eran muy catchy, pegadizos. Seguramente lo fueron en 1890 e incluso el público de 1940 aún poseía las claves para descifrarlos, pero hoy su sonido se han ido amalgamando en la corriente de la música popular y aporta muy poco.
El responsable de recrear los números musicales de la época es Val Raset y, aunque desdibujados por el conjunto de la película, su labor como especialista e historicista es buena. Merecen destacarse especialmente dos escenas. La primera, con el número On the Gay White Way. Las razones para seleccionar este número se deben más a mitomanía que a lo estrictamente musical. El número no es tan memorable como coreografía, pero la pareja de Hayworth es Hermes Pan. Posiblemente fue el coreógrafo de este número pues, por instantes, se vislumbra, a lo lejos, y esto es lo interesante, al genial Astaire.
https://www.youtube.com/watch?v=ldcpHxHNh60El segundo momento para recordar es el baile de arena que interpreta Hayworth, como parte de una atractiva puesta en escena de un teatro de variedades o musical de la época.
https://www.youtube.com/watch?v=A-55f5n8Fbk