Productora/Distribuidora:
Paramount Pictures
Estreno: 01-08-1931
Duración: 89 min.
Subgénero: Opereta
Tramo: -
The Smiling Lieutenant
(El teniente seductor)
Buena y sencilla comedia cinematográfica trufada de media docena de canciones teatrales; tan teatrales que incluso Chevalier canta mirando pícaramente al público; en este caso, a la cámara. La comedia sigue el clásico patrón del malentendido y enredo. Cuenta con un guion divertido, bien engranado, basado en una opereta basada a su vez en una novela, por lo que, trama y personajes, estaban ya muy decantados. Como es habitual, aunque el papel reservado para el varón simpático, seductor y caradura, interpretado aquí por Chevalier, siempre logra mantener buena prensa, para los ojos actuales el tratamiento que reciben los papeles femeninos resulta desazonador, si bien en este caso más que en machismo se cae en el paternalismo, lo que resulta acaso menos hiriente pero más melancólico.
Por lo demás, y aunque se trate de una comedia amable, toda la película destila su concepción Pre-Code y los diálogos están salpimentados de juegos y dobles sentidos de carácter sexual. A pesar de su tono de comedia, la película termina resultando ácida, al plantear entre bromas el carácter manipulador de las mujeres y satirizar sobre el carácter fatuo del seductor, que acabará por casarse con una mujer de la que no está enamorado.
Como Pre-Code, su secuencia más popular se deberá al beso –considerado lésbico por muchos cronistas– que se dan las actrices Claudette Colbert y Miriam Hopkins, tras haberse repartido a Chevalier como un simple objeto sexual y compartido trucos para manejarlo a su antojo.
https://www.youtube.com/watch?v=8Nlk1_VOtNQComo película, Lubitsch asombra y, con su sintaxis sencilla y firme, impone gran ritmo y expresividad. Como musical, cuesta calificarlo como tal, aunque sí un antecesor clave: las canciones se introducen con naturalidad; las letras, aunque hilarantemente malas, se engranan con la trama; y, la música…es la de la época. La voz de Chevalier –al parecer, fuera de sitio durante todo el rodaje, afectado por la reciente muerte de su madre– sigue resultando agradable, con su acento de dulce zorrillo, mientras que las de Colbert y Hopkins han quedado trasnochadas. Los números, estáticos y rodados con cámara fija, aumentan la sensación de teatralidad, como este Magic in the Muffin.
https://www.youtube.com/watch?v=3OaWAh4uWF4A pesar de las chirriantes voces de las actrices, como número musical destaca el dúo de Colbert y Hopkins, Jazz up Your Lingerie. La canción, más allá del consejo femenino de actualizar la lencería, avanza un mensaje implícito que será recurrente en la ideología del musical americano: la visión de una Europa paralizada y decadente que entra inevitablemente en conflicto con los modernos valores, gustos y visiones surgidos en Estados Unidos. Seguramente hoy el mensaje de esta película quede más diluido –por estar ya ampliamente compartida por muchos europeos la idea de que las monarquías son piezas de museo y naftalina–, pero en 1934 debió de resultar mucho más rompedor al confrontar las ideas monárquicas con el sentido jazzistico de la vida en los Estados Unidos.
https://www.youtube.com/watch?v=NdHbEnTBzKsLa letra de este número recuerda a Madam Satan (DeMille, 1930); aquí dando consejos para ganarse al marido mujeriego; allí, para no perderlo.